La ganadería, en el radar de un mapa regional muy diverso. C. Petroli

Conviene tomar distancia del exitismo, porque no suele ser un buen consejero. Pero la importante concurrencia –en especial de productores y técnicos– en la Primera Jornada Córdoba Ganadera, el pasado miércoles en Córdoba, denotó que la ganadería está en el radar.

Los comentarios de los propios actores permitieron tomar nota de algunos conceptos, aun por encima de una coyuntura que muestra a los granos entonados y también al eslabón de la cría con buenos indicadores económicos.

La idea de “volver a la chacra mixta”, la antigua alianza entre agricultura y ganadería quedó entre estos apuntes, como una vía para alcanzar estabilidad y valor agregado en el campo. Por obvio que parezca, el concepto recobra vigencia: lo estimulan cuestiones de costos (el caso de los fletes), la importancia de las vacas como motores de empleo y arraigo local. Y hasta para arbitrar las crecientes demandas ambientales.

El contenido académico de la Jornada procuró responder a la diversidad del mapa productivo cordobés. Se hizo foco, por ejemplo, en la producción intensiva y las diferentes opciones ganaderas en zonas agrícolas. También en un ajustado diagnóstico por parte de la industria frigorífica y las potencialidades en términos de cadena. Un trabajo de Afic ha proyectado que, con mejorar los índices de marcación (hoy en 64 por ciento) se lograrían 230 mil terneros más por año. Si se incorporan más pasturas para aumentar la carga animal, el stock bovino cordobés podría crecer en tres millones de cabezas (con el mismo stock actual de madres). Para esto, serían necesarias inversiones por 680 millones de dólares, nada imposible de lograr. Hoy ingresa hacienda de otras provincias por unos 500 millones anuales.

Para la región norte, el mapa productivo demandará en los años que vienen mucho trabajo, promoción, gestión, definiciones políticas e inversión; allí la ganadería, en una fase de crecimiento y desarrollo, deberá convivir de manera virtuosa con el bosque nativo. Los referentes privados y el Gobierno provincial están encarando deberes, detrás de enmendar décadas de éxodo y déficits en los coeficientes sociales y de desarrollo. El arco noroeste, unos 10 departamentos, hoy congregan el nueve por ciento de la población y el siete por ciento del producto bruto geográfico, según los datos de la mesa técnica de Cartez. En los últimos años, la actividad económica en la provincia creció un 120 por ciento, pero en esta vasta región sólo lo hizo en un 20 por ciento, con necesidades básicas insatisfechas crecientes. La ganadería está convocada a ser un engranaje importante para revertir ese panorama.

Con pasturas y cuidando el bosque, allí podrían lograrse 500 mil terneros más por año, la mitad de lo que la provincia hoy “importa” de otras zonas criadoras del país. Estos planetas se hicieron ver en la jornada ganadera.