En el balance de sus primeros seis meses, Macri criticó a los que buscan "meter miedo". Mariano Obarrio


El presidente Mauricio Macri admitió ayer que sospecha que sectores del kirchnerismo agitan el descontento social por la suba de tarifas y de la inflación para capitalizar un clima de malestar en el conurbano bonaerense. Es por ello que exhortó a "que no escuchen a esa minoría que quiere que nos vaya mal, que les mete miedo y que dice todos los días barbaridades".

Tal como adelantó ayer LA NACION, el gobierno nacional y el bonaerense, encabezado por María Eugenia Vidal, impulsan un plan para contener las tensiones por el ajuste y la recesión de la economía. Dispusieron ampliar la entrega de planes sociales y de alimentos y reforzar la seguridad cerca de los supermercados para disuadir posibles saqueos organizados políticamente.

"Sé que esta transición, este sinceramiento en la economía, no ha sido fácil", dijo Macri en Yapeyú durante un acto de lanzamiento de los festejos del Bicentenario de la Independencia y justo cuando se cumplen seis meses de su gobierno. "Hay muchos que tienen miedo, que no saben si esto va a funcionar o no va a funcionar", agregó.

Fue entonces cuando el Presidente se refirió al kirchnerismo aunque sin mencionarlo en forma expresa: "Yo les digo que no escuchen a esa minoría que quiere que nos vaya mal, que les mete miedo, que dice todos los días barbaridades, no escuchen porque lo que estamos haciendo es lo correcto".

Señaló que lo "correcto" es "decir la verdad" porque "sobre la verdad se construye confianza, y la confianza trae inversiones, trae empleo".

En el Gobierno observan cuatro municipios gobernados por el kirchnerismo, La Matanza, Moreno, Avellaneda y Berazategui, donde sospechan que los intendentes podrían alentar a sectores de menos recursos a salir a la calle para protestar y pedir alimentos frente a supermercados.

El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, recibió el miércoles último a los intendentes de La Matanza, Verónica Magario; de Moreno, Walter Festa, y al presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, que había vaticinado el 30 de marzo un estallido social y una crisis institucional.

Se acordó allí una mesa de trabajo para ampliar planes sociales y envíos de alimentos, suavizar la suba de tarifas en gas y luz, acelerar planes de vacunación, de seguridad y de obras públicas. Además, se reforzó la seguridad provincial y nacional cerca de los supermercados.

El Gobierno difundió ayer un cuadro según el cual en abril se aceleró la ejecución de obras de Vialidad, Vivienda y Agua y Saneamiento. En enero se ejecutaron 553 millones de pesos; en febrero 4310 millones; en marzo bajó a 3122 millones, en abril 3732 millones y en mayo 5823 millones. En total se invirtieron 17.540 millones, aunque aún está lenta la gestión en Vivienda.

Según se informó, Macri pasará la vigilia del 8 de julio en la Quebrada de Humahuaca y encabezará el acto central del 9 de Julio en la Casa Histórica de Tucumán. También habrá celebraciones en lo que fueron las casas de San Martín en Corrientes y de Sarmiento en San Juan y en todas las provincias habrá festejos con audiovisuales y obras artísticas vinculadas a 1816.

En otro acto ayer en Concordia, Entre Ríos, el Presidente atacó al kirchnerismo al decir que el país está "saliendo de un punto de partida muy difícil: estancado, cinco años sin crecer, enfermo por la mentira, la inflación y la corrupción". Allí estuvo acompañado por el gobernador Gustavo Bordet, que proviene de las filas del ex mandatario kirchnerista Sergio Urribarri; anunció una inversión de la empresa Coca- Cola, y aprovechó para asegurar que "hay gente que está apostando a muchos años" en el país.

Macri también adjudicó los "miles" de muertos en accidentes de tránsito a la "falta de rutas" y aseguró que el Gobierno tomó "el camino de construir". El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, había anunciado obras por 2800 kilómetros de autopistas en cuatro años, 4000 kilómetros de rutas más anchas y con banquinas asfaltadas, con una inversión de 200.000 millones de pesos.