Terrazas en Don Paco: el agua se guarda como un insumo, pero gratis. Carlos Petroli

Sistematización de suelos. El establecimiento agrícola en Estación Juárez Celman lleva la iniciativa para formalizar un nuevo consorcio.

Recién nacido el trigo, maíces todavía en planta y los rastrojos de la soja que se acaba de cosechar dan testimonio de la trilogía que gobierna las rotaciones en el establecimiento Don Paco, contiguo a la ruta nacional 9 norte, en Estación Juárez Celman, departamento Colón.

La secuencia de cultivos viene desde hace años con un manejo agronómico que ha dejado su sello: a primera vista, el campo parece una tabla, pero no lo es; la pendiente arroja números elocuentes en el mapa de la sistematización para el control de los escurrimientos de agua.

“Cada terraza en este mapa es un metro de caída; tenemos una pendiente de uno por ciento, pero entre la ruta y el final del campo tenemos un desnivel de casi 45 metros, el equivalente a un edificio de 15 pisos”, relata el ingeniero agrónomo Luis Crusta, especialista en manejo de suelos, que conduce los trabajos de sistematización.

Paisaje ondulado

La recorrida es guiada por Crusta junto con el ingeniero agrónomo Fernando Arzubi, asesor técnico, y el encargado del establecimiento Roberto Grasso. El viaje en camioneta atravesando “al cruce” los lotes tiene por objeto observar cómo funciona el sistema tranqueras adentro. Se trata del manejo integral diseñado para el control superficial de aguas, y que abarca una cuenca que nace en la ruta provincial E 53.

A poco de andar, se observa que el vehículo queda a salvo de los “saltos”: desaparecieron las cárcavas, típicas en un escurrimiento descontrolado; las cárcavas fueron neutralizadas y sustituidas por curvas de nivel y terrazas ondulantes, que se conectan con una vía principal de descarga hídrica.

En un tramo de este “canal”, ya en los dominios de un establecimiento vecino, el paisaje se cubre de verde. Se destaca el paño de una alfalfa que hace las veces de colchón. Mientras las curvas y terrazas contienen el agua después de una lluvia de cierta importancia, el canal cumple su función para un escurrimiento controlado, cuando esas precipitaciones se presentan, como ha ocurrido durante la primera parte del año.

Las curvas y terrazas cumplen la función de amortiguar y retener el agua en el campo y su lento deslizamiento, con lo que los cultivos y el suelo se sirven mejor del recurso.

Con el trigo recién nacido y más allá de su resultado económico, sus raíces facilitarán una buena infiltración y contar con una cama de siembra pareja para el próximo ciclo de verano para la soja o el maíz.

Microembalses

En la continuidad de la pendiente, en el Establecimiento El Regreso SA (de la Sucesión de Osvaldo Campo, uno de los pioneros en este tipo de manejo), se encuentran dos microembalses. Desde arriba del terraplén de uno de ellos se observa a unos cinco kilómetros aguas abajo el pueblo de Colonia Tirolesa, una de las urbanizaciones favorecidas por esta ingeniería que ayuda a frenar inundaciones.

Desde la “descarga” del microembalse (una tubería ubicada en el centro) se puede observar otro resultado: la línea del cultivo comienza en ese mismo límite, con un máximo aprovechamiento, sin que haya huellas de erosión provocada por el agua contenida en el embalse. Este mismo espacio, con excepción de una pequeña laguna que no llega a un cuarto de hectárea, también está ocupado por rastrojos o cultivos. Pruebas de que el sistema “funciona”.

Rumbo al consorcio

La sistematización en el establecimiento Don Paco es uno de los pocos en acreditar habilitación oficial por parte del organismo de aplicación, la Dirección Provincial de Aguas y Saneamiento (Dipas).

Pero Don Paco se muestra como un activo eslabón en una iniciativa grupal que apunta a la formalización de un consorcio de conservación de suelos, para trabajar a nivel de toda la cuenca (la RP 53), en una extensión de unas 15 mil hectáreas.

En el proyecto están además los establecimientos Santo Domingo y El Carmen (con actividad agrícola y cabañas ganaderas); La Lidia; Anabel y Adriana Carrizo; Establecimiento Pérez-Anseal SA; El Regreso SA (Sucesión de Osvaldo Campo) y Establecimiento Madaro SRL.

“Don Paco fue el primero que comenzó con la sistematización en razón de que, por su posición topográfica es el que tuvo los daños más importantes con los escurrimientos hacia abajo de la cuenca”, indicó el ingeniero Crusta, responsable del proyecto. Últimamente, los asesores del establecimiento se permitieron intercambiar opinión con los técnicos que diseñaron el alcantarillado en la nueva autovía 9 Norte; así pudieron acordar una sección mayor (más cantidad de tubos) en puntos de paso del agua en el límite del campo.

Filosofía

Tratándose de un planteo agrícola de punta, con tecnología y dotación de insumos (incluida una fertilización de la rotación), en Don Paco se fue afirmando una filosofía agrícola que se identifica con el sistema promovido por Aapresid, la Asociación de Productores en Siembra Directa. Se parte del principio que a la renta se llega por dos caminos: por el económico y por el agronómico. Este último es más largo, pero más seguro; el de la estabilidad, un plan de rotación a seis años, midiendo e incorporando niveles de fósforo, nitrógeno. Una “caja de ahorro” que no sólo permitirá lograr más quintales de trigo, maíz o soja, sino conservar y mejorar un capital valioso: el suelo que nutre cada espacio de la producción.



Cuenca RP-53

El establecimiento Don Paco, en Estación Juárez Celman, forma parte de la cuenca hídrica denominada RP-53, donde también llevan adelante proyectos de sistematización otras firmas agropecuarias: Santo Domingo; El Carmen; La Lidia; Anabel y Adriana Carrizo; Establecimiento Pérez-Anseal SA; El Regreso SA (de Sucesión de Osvaldo Campo) y Establecimiento Madaro SRL. En conjunto, tramitan la constitución de un consorcios de conservación de suelos.



Tranqueras adentro

Terrazas. Retención para almacenamiento de la lluvia caída en los suelos (en el interior de un predio rural) a través de un sistema de terrazas de base ancha, sin inconvenientes para las labores mecánicas y con aumento en la productividad.

Descargador de fondo. Tubería a la salida de un microembalse; cuando trabaja adecuadamente no afecta ni la primera línea del cultivo aguas abajo.


“Los mil lagos”. Ejemplo ejecutado en la zona de Los Cóndores, a replicar en otras zonas afectadas por lluvias intensas. En ese proyecto, el conjunto de 30 microembalses permitió disminuir correntadas de 80 metros cúbicos por segundo a siete metros cúbicos por segundo.

Consorcio integrado. En la cuenca RP-53, el objetivo del grupo de empresas agropecuarias ubicadas en la zona –y que ya ejecutan trabajos de sistematización hídrica– es conformar un consorcio de conservación de suelos para trabajar de manera integral. “Los productores se tienen que concientizar entre sí, y el primer paso sería consultar a quienes ya realizaron trabajos de sistematización, para que estos transmitan sus resultados”, señala el ingeniero agrónomo Luis Crusta, consultor y director de este proyecto que cuenta con una oficina técnica en la Sociedad Rural de Jesús María (E-mail: luiscrusta@gmail.com).


Cantidad y velocidad. “Los suelos en esta zona del norte de Córdoba son livianos, tienen capacidad de absorción, pero los valores son de 10 a 15 milímetros por hora. Con una lluvia de 30, el excedente circula y va buscando las pendientes. De allí la necesidad de ordenar y disciplinar el tránsito y las vías de escurrimiento dentro del campo, para que no cause daño. El vecino puede pensar ´me van a inundar el campo´, pero las terrazas le están haciendo un favor, porque están frenando la velocidad del agua. El problema no es la cantidad, sino la velocidad con que entra el agua. Quizá haya que explicar más como funciona esto”, dice el ingeniero Arzubi.