La narrativa vigente
– Lebacs constriñen al mercado de renta variable - empieza a agotarse
en la medida en que el Banco Central comienza el proceso de
normalización de tasas. No obstante, la profundización de este último
proceso no evitó que ni el dólar ni las acciones mostrasen señales de
vida.
El
Banco Central parece finalmente haber decidido, ante la aparente
desaceleración del ritmo subyacente al alza de los precios, empezar a
relajar la política de succión de pesos de la economía instrumentada
través de las tasas de interés pagadas por sus letras a corto plazo.
Como puede evidenciarse en el siguiente gráfico, la autoridad monetaria,
que en las últimas semanas había ajustado parcialmente la curva de
tasas, decidió recortarlas en todo el tramo de alternativas ofrecidas
por estos papeles. Esta medida coincide con la decisión de limitar la
operatoria de Letras del Banco Central para inversores extranjeros, los
cuales sólo podrán acceder a aquellas posiciones a partir de 147 días,
de manera de limitar la influencia de la entrada de capitales de corto
plazo sobre el mercado de dólares.
La
licitación logró absorber un monto cercano a los 86 mil millones de
pesos, cubriendo la totalidad de los vencimientos previos e
incrementando el volumen de Lebacs en circulación. El hecho de que ello
venga de la mano de una baja de tasas representa cierto grado de
aceptación de las expectativas que intenta construir el Banco Central.
No obstante, dado el crecimiento del stock de estos papeles - al 15 de
mayo las letras en moneda nacional emitidas por el BCRA superan los 533
mil millones de pesos - el recorte de los rendimientos ofrecidos por la
entidad deberá seguir adelante con presteza si desean evitarse los
efectos nocivos que un crecimiento que estos gastos cuasificales pueden
representar.
Dicha medida no resultó en una
reversión en la tendencia bajista marcada por el Merval, cuyo índice
general cerró a la baja por cuarta semana consecutiva, acumulando
pérdidas cercanas al 9% durante dicho período. Una vez más, la
performance negativa fue compartida por el grueso del panel principal,
con sólo Tenaris (+2,8%), YPF (+2,1%) y Mirgor (+3%) escapando al
retroceso. El viernes, sin embargo, cortó una racha de tres jornadas a
la baja, tras que en el día jueves el mercado tocase la media móvil para
las últimas 90 ruedas. Coincidentemente, los últimos dos rebotes que el
índice Merval registró tuvieron lugar tras alcanzarse dicha marca, como
puede verse en el gráfico siguiente:
En
otra nota, la salida al mercado del capital de Grupo Supervielle
resultó relativamente auspiciosa, pudiendo colocar sus acciones a un
precio de u$s 2,20 en Wall Street y $31,6 en el mercado local,
recaudando así un monto de alrededor de $3.000 millones. El valor de los
títulos se encontró en el límite inferior del rango buscado por la
emisora. Al cierre del jueves, los papeles del banco habían subido a
$32,1.
Tanto en el mercado disponible como a
término, el dólar continúa sin revertir pérdidas, incluso a pesar de que
las colocaciones en pesos hayan marginalmente perdido atractivo. Es
cierto que a los valores actuales la moneda local parece padecer de
cierto nivel de apreciación excesiva - como muestra el Índice de Tipo de
Cambio Real Multilateral del BCRA – aunque en parte ello vaya de la
mano de la política antiinflacionaria. Ante este escenario, la falta de
competitividad limita el potencial alcista de los activos locales,
considerablemente más caros que el de nuestros pares.
Cuando
comparamos la evolución del peso a lo largo de lo que va del año frente
al resto de las monedas de la región, podemos ver cómo fue la más
depreciada hasta fines de febrero, y desde entonces ha revertido la
tendencia, no acompañando la caída registrada por el resto de las
divisas en el último mes.
Como
consecuencia de la caída de la moneda norteamericana, los títulos
públicos pagaderos en la misma vieron su valor en pesos caer – el Bonar X
y 2024 cayeron 0,62% y 1,36% respectivamente - a pesar del menor
rendimiento de Lebacs. Es de esperarse que en la medida en que este
proceso de corrección de tasas continúe, la demanda por bonos se
encuentre al alza.
Cabe destacar, finalmente,
la repentina caída del volumen operado en cauciones en el Mercado
Argentino de Valores, como puede evidenciarse en nuestro Panel de Capitales.
Este retroceso a su vez se ve acompañado por un llamativo incremento
del número de operaciones realizadas con un plazo de 7 a 14 días, el
cuál alcanzó un máximo para los últimos dos meses.