Según un informe del Inta Marcos Juárez, desde noviembre las
actividades agropecuarias arrastran una fuerte mejora en su ecuación
económica.
Fuente: Agrovoz.
Un informe difundido por la Estación
Experimental Agropecuaria (EEA) Marcos Juárez del Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria (Inta) muestra que la rentabilidad de la mayoría
de los cultivos intensivos así como también la invernada mejoró
notoriamente desde la asunción del gobierno de Mauricio Macri.
El Informe Económico de Actividad
Agropecuarias Predominantes, elaborado por Carlos Ghida Daza, señala
concretamente que, salvo la soja, el margen bruto de todos los cultivos
al menos se duplicó entre noviembre y abril. Lo mismo sucedió con la
invernada, mientras que para un establecimiento que realiza un ciclo
completo de producción de hacienda la mejora fue sensiblemente menor.
Cultivos. Según este
análisis, la combinación de devaluación y eliminación o baja de
retenciones según los cultivos hizo que los precios en chacra mejoraran
de 100 a 150 por ciento en maíz, sorgo, girasol y trigo, mientras que en
soja –que sólo recibió una quita de cinco puntos en los derechos de
exportación– el aumento fue 58 por ciento.
Del otro lado, los costos directos
también se incrementaron en términos reales, pero en menor medida que
los precios ya que subieron nominalmente entre 35 y el 48 por ciento.
El resultado: maíz, trigo y girasol más que triplicaron sus márgenes,
mientras que el sorgo y la rotación trigo/soja de segunda los
duplicaron.
“El efecto en el margen fue de
importantes mejoras en todos los cultivos: desde el 266 por ciento
(maíz) hasta 63 por ciento (soja)”, indica Ghida Daza. De cualquier
manera, la mejora en la soja también es sustancial, ya que supera por
caso al índice de precios estimado en el período (29,6 por ciento).
“Esta situación muestra una posibilidad
favorable para las rotaciones que mejoran la sustentabilidad agronómica y
aumentan el consumo de agua en situaciones de napa saturada como la
actual. También se debe destacar la importante mejora de girasol y sorgo
que los mantiene como opción válida en suelos de menor calidad
agrícola”, destaca el reporte.
Alquileres más bajos. Esta
mejora generalizada también se traduce en un escenario con menores
requerimientos de rindes para poder cubrir el costo de arrendar un campo
para producir. Puntualmente, en todos los cultivos los rendimientos
necesarios han bajado: tomando como base un costo de arrendamiento
promedio de 18 quintales de soja por hectárea, en trigo se requiere un
30 por ciento menos (pasando de 36 a 25 quintales por hectárea); en
maíz, un 41 por ciento (de 97 a 57 quintales); en soja de primera, (de
32 a 30 quintales); en girasol, 41 por ciento (de 39 a 23 quintales) y
en sorgo, 28 por ciento (de 81 a 58 quintales).
Ganadería. Los
resultados también son positivos para la ganadería. De acuerdo a este
informe del Inta Marcos Juárez, un establecimiento dedicado sólo a
invernada con suplementación estratégica aumentó su margen 122,2 por
ciento en seis meses; mientras que uno de ciclo complejo percibió una
mejora del 28 por ciento.
Entre otros factores, Ghida Daza
menciona la suba del precio del novillo del 32 por ciento que, en
términos reales, supera al crecimiento de los precios mayoristas y
además sigue siendo un 44 por ciento mayor al promedio del quinquenio.
Y agrega: “La relación flaco/gordo sigue
siendo favorable para el ternero (1,15) pero ha disminuido un 13,6 por
ciento respecto al informe anterior de noviembre 2015 por lo que el
resultado de la invernada se incrementa en mayor medida que el margen
del ciclo completo. Los costos muestran incrementos en términos reales,
especialmente en suplementos y, en menor medida en salarios y compra de
ganado pero ante el aumento de los ingresos los márgenes aumentan en
términos reales especialmente en invernada”.
¿Granos o carnes? Una
conclusión interesante del documento agroeconómico es que, comparando la
relación de margen promedio de las actividades ganaderas respecto al
margen promedio de las principales actividades agrícolas (maíz, doble
cultivo trigo /soja de segunda y soja de primera), surge en el período
una mejora de la ganadería bovina del 70 por ciento mientras que los
márgenes agrícolas aumentaron un 142 por ciento.
“Esto hace que el resultado promedio de la ganadería bovina con
tecnología mejorada sea alto y muy similar al margen promedio agrícola
actual”, destaca el informe.Fuente: Agrovoz.