La soja a U$S 400: ¿nuevo piso para la oleaginosa?

El informe del Usda y la posterior reacción de Chicago sorprendieron a economistas y analistas. Algunos sostienen que es sólo una reacción coyuntural y otros que podría seguir subiendo.

El informe mensual del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) es el principal tema de debate en el sector agropecuario argentino.
Es que la decisión del Usda de reducir la expectativa de stocks mundiales de soja por debajo de lo que esperaba el mercado, y en un contexto en el que se espera mayor demanda de harina desde China, generó una sorprendente alza en los precios de la oleaginosa en Chicago que sumaron 20 dólares en un solo día hasta pisar los 400 dólares por tonelada. En Argentina, eso motivó que se alcanzara un récord nominal de 3.800 pesos.
La pregunta que surge entre los productores es si este es un nuevo piso para el valor del principal producto de exportación argentino o si se trató sólo de una reacción especulativa del mercado financiero y en los próximos días los precios volverán hacia atrás.
Para intentar responderlo, Agrovoz consultó a analistas y economistas especializados en el sector agropecuario que pintaron un panorama disímil: mientras algunos no creen que pueda haber mayores subas por el momento, otros creen que la soja podría seguir escalando hasta 450 dólares por tonelada.
Opiniones
El director de Agroeducación, Salvador Di Stéfano, es el más arriesgado: “La proyección del Usda es errónea. En Argentina va a haber menos toneladas aún y por eso estos 400 dólares son un piso. Vemos un escenario de 450 dólares”.
Para sustentar su opinión, Di Stéfano mencionó que los números del Usda estarían indicando una relación stock/consumo del 22 por ciento, que es similar a la que hubo en los años 2011  a 2013 cuando la oleaginosa osciló en un valor de entre 450 y 530 dólares en Chicago.
Hace una semana, el analista agropecuario Alejandro Ramírez también había ubicado a la cotización de la soja en 450 dólares. Para Ramírez, en este cambio de tendencia no sólo influye el achicamiento de la producción sudamericana y de los stocks, sino también otras variables como la caída de la cotización del dólar en Estados Unidos, la apreciación del Real brasileño y las fuertes compras de los fondos de inversión.
Emilce Terré, economista de la Bolsa de Comercio de Rosario, consideró que “el mercado se está acomodando a una nueva realidad y esto puede durar algunos días”. Aunque no quiso hablar de un nuevo “piso” para la soja, deslizó que este precio vino para quedarse y que no hay que esperar grandes cambios salvo que existan nuevos pronósticos bajistas para la producción en Argentina.
Para Terré, a mediano plazo hay que observar qué sucede con la siembra 2016/17 en Estados Unidos, que originalmente se preveía con menor superficie de soja y más de maíz, pero al mejorar los precios de la oleaginosa la ecuación podría cambiar y hacer retroceder nuevamente los precios.
Volatilidad
La analista de Intagro, Sol Arcidiácono; y el investigador del Ieral de Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón; coincidieron en que la reacción post informe del Usda de Chicago marca la vuelta de la volatilidad.
“No termino de encontrar los fundamentos para semejante reacción. Entramos nuevamente en un mercado muy volátil y con la soja en un andarivel muy difícil de precisar”, puntualizó Garzón. De todos modos, reconoció que siempre que la producción no alcanza a equiparar el crecimiento esperado en el consumo de harina de soja, los precios elevan.
Arcidiácono coincidió: “No fueron datos tan alcistas como para que el mercado reaccione así. Es un precio impresionantemente bueno. Esto es la vuelta de la volatilidad, lo que significa que el mercado financiero y de dinero está mirando a las commodities como inversión”.
Esta especialista también sugiere mirar a Estados Unidos para saber qué puede pasar a mediano plazo, pero apuntando a la cosecha. El factor es el clima: de cómo se comporte durante el verano boreal dependerá cuál será el resultado de la producción sojera estadounidense y de allí pueden desprender nuevas subas o bajas.