Crisis en Sancor: ¿crisis en el sistema cooperativo? Carlos Petroli

La crisis financiera en Sancor –que deberá “reformular” sus operaciones detrás de revertir los resultados– reflotó los signos de interrogación sobre la valoración que se hace desde adentro y afuera del sistema para integrar cadenas de valor y atenuar riesgos en el agro.

“No es una regla vinculada al ropaje jurídico; es la profesionalidad con la que se encaran y se administran los proyectos. Tiene que ver la dirección; una cooperativa está obligada a ser profesional”. Estos son algunos de los comentarios que se recogen dentro de la propia estructura cooperativa. Para bien o para mal, en esta definición Sancor encaja como una empresa testigo, dado que cuenta con unos 1.400 productores asociados como proveedores de leche.

Otros miles forman parte de esquemas asociativos, en diferentes actividades agroindustriales, en las economías regionales. Con sus fortalezas y debilidades, intervienen con una alta participación en el complejo generador de empleo y divisas.

El contexto le pegó duro a Sancor. En su último informe trimestral, dio cuenta de una pérdida por 1.500 millones de pesos. En una nota a sus productores enumeró algunas de las razones: la demora en cerrar nuevas operaciones con Venezuela y la abrupta caída de los productos lácteos en el mercado internacional, tanto en volúmenes como en precios, y en la corriente de pagos.

¿Se puede presentar en convocatoria o en un procedimiento preventivo de crisis la principal cooperativa láctea del país? Los especialistas responden de manera afirmativa. Más allá de que pueda reacomodar el pasivo por alguna otra vía (encontrar nuevos aportantes o apoyo en el sistema financiero), se trata de una figura jurídica –la de la cooperativa– como cualquier otra actividad comercial, mencionan.

No obstante, una de las bibliotecas se apalanca en que la cooperativa es una herramienta de defensa para los productores.

La otra biblioteca es la que hace foco en la administración: remarca que los problemas empresarios o de las empresas no tienen relación con su encuadre jurídico, sino en la gestión, en la capacidad para planificar y anticiparse. Hasta se permiten ejemplos para indicar que muchas sociedades (no cooperativas) sucumben por falencias en su management.

A esto se añade otro dato: son muchas las firmas lácteas (no cooperativas) que han salido del sistema o han debido buscar alternativas para capitalizarse. En este último renglón, el más relevante ha sido el de Mastellone, que le abrió una puerta a Arcor como nuevo inversor.

Durante la década pasada, el gobierno de Néstor Kirchner jugó un papel clave para que Sancor pueda sanear sus pasivos, de la mano de los petrodólares venezolanos. Como paradoja, hoy esa fuente de recursos sopla en contra. Y la posición del actual gobierno parece también tomar distancia de una nueva ingeniería con apoyo de la banca oficial.