Conflictos urbano-rurales: “Las ordenanzas sobre agroquímicos no solucionan nada”

Para el presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos, hace falta un abordaje integral del ordenamiento territorial en los pueblos para evitar las confrontaciones con el sector rural.

El Colegio de Ingenieros Agrónomos de la provincia de Córdoba (Ciapc) es una de las entidades que sigue con preocupación los conflictos entre pobladores urbanos y rurales por las actividades que se realizan en las zonas periurbanas y que, lejos de amainar, no cesan.
Por ello, la entidad recientemente presentó un proyecto de trabajo ante la subsecretaría de Asuntos Municipales del Gobierno provincial en el que pretende un abordaje integral del tema, apuntando no sólo a legislar el uso de agroquímicos en los bordes del ejido urbano sino también a ordenar todo el crecimiento de los pueblos.
Así lo expresó a Agrovoz el titular del Ciapc, Daniel Cavallin, quien consideró que las ordenanzas que aprueban los municipios y que sólo hacen foco en los fitosanitarios “no solucionan nada” y, lejos de eso, “lo único que hacen es profundizar los conflictos”.
- ¿En qué consiste la propuesta de trabajo que elevaron a la Provincia?
- La idea es ver si, de una vez por todas, podemos ordenar esta cuestión que viene siendo bastante conflictiva en la relación urbano-rural, un conflicto que cada vez se profundiza más por la invasión de un lado hacia el otro y del otro hacia el uno, en el que cada uno tiene su argumento y nosotros como profesionales tenemos nuestras tareas en el sector rural y también vivimos en las ciudades. Somos arte y parte. Queremos que se ponga de manifiesto no solamente la cuestión de los fitosanitarios sino también todas las otras cuestiones que hacen al crecimiento de una ciudad en las áreas rurales.
- ¿Como cuáles?
- En los 427 municipios y comunas que tiene Córdoba, son muy poquititos los que hoy tienen ordenados su crecimiento, con zonas más conflictivas, menos conflictivas, fabriles, una orientación ordenada de la urbanización, a dónde van las producciones y qué producciones son las que se van a poder desarrollar. Se centra la discusión solamente en uno de los aspectos de la producción, que son los agroquímicos, y uno ve que ahí la discusión no se puede zanjar, se ponen dos posiciones contrapuestas, una en contra y otra a favor, y los intendentes quedan de rehenes en el medio.
- Y allí se generan los conflictos…
- Las ordenanzas que se van sancionando uno ve que no solucionan nada. Lo único que hacen es expandir el área rural, tirarla para atrás, 500, 600 o 1.500 metros y queda una zona de baldíos que termina siendo para especulación inmobiliaria o un reservorio de mugre y basura que generan problemas muy nocivos para la salud como la proliferación de insectos.
- ¿Qué plantean ustedes, entonces?
- Lo que decimos, es: empecemos a hablar en serio de ordenar el territorio. Por ejemplo, si los 427 municipios legislaran una distancia de 1.500 metros para realizar aplicaciones, son 800 mil hectáreas sin producir. Los ingenieros agrónomos no sólo trabamos en la producción, también conocemos de ordenamiento y creemos que hay juntar a todas las fuerzas de pueblos y ciudades para que todos juntos empiecen a hablar de ordenar la ciudad y los pueblos. Trabajamos con la facultad de agronomía de río cuarto, que son el sustento académico de lo que estamos diciendo. Hay que poner en valor el tema ordenamiento territorial primero con funcionarios, después comunidades regionales, e ir bajando a lo largo de los años y que podamos decir que Córdoba es la primer provincia con todos sus municipios ordenados territorialmente.
- Es decir, que las ordenanzas no se queden sólo con el tema agroquímicos…
- Las ordenanzas planteadas así lo único que hacen es profundizar el conflicto y no resuelven el problema, porque vos no sólo tenés la producción agrícola sino también los galpones de criadero de pollos, criaderos de cerdos, efluentes urbanos y rurales, galpones de guarda de maquinarias, galpones de guarda de agroquímicos, un montón de variables que vos podés solucionar el tema de la producción agraria pero te queda todo un sinfín de problemas más.
- Pero, ¿por qué afirma que sólo profundizan el conflicto?
- Porque ponen el acento exclusivamente en los agroquímicos. Establecen una zona de restricción o resguardo ambiental de que no se puede aplicar a tantos metros y eso ya genera un lucro cesante de muchos productores que no pueden producir. Además, se transforma en una zona absolutamente especulativa. Si decimos, por ejemplo, en el noroeste ubicamos las quintas, en función de eso regulamos la expansión urbana. Uno puede plantear una ciudad sustentable a futuro, es lo que hacen todos los países, haciendo prospectiva.
- ¿Los ingenieros sufren mucho por estas controversias?
- Lo que sufrimos fundamentalmente es una desvalorización hacia el rol profesional, porque hay una confusión de que todos los ingenieros agrónomos están del lado del productor. Primero se dice que todos los ingenieros trabajamos con fitosanitarios, que no es cierto, pero tampoco es un pecado porque es parte de nuestras incumbencias, pero en muchos lugares se demoniza la profesión, nos llegan a decir envenenadores. Lo que queremos es trabajar, ser útiles a la sociedad, puede haber errores, como en todas las profesiones, pero queremos empezar a ponernos a laburar en cosas que creemos que son las verdaderas soluciones sustentables a largo plazo.


Fuente: Agrovoz.