Según un informe del Ieral de Fundación
Mediterránea, la caída productiva provocada por las lluvias generó un
repunte de precios en las últimas semanas y el aporte sojero a la
economía se mantendría en torno a los 20 mil millones de dólares.
Las inundaciones que afectan a gran
parte de las principales zonas productivas del país están generando un
efecto combinado: fuerte pérdida estimada de la producción pero que
conlleva a un aumento de los precios al reducirse la oferta de granos.
Aunque los anegamientos han provocado un
desplome de la liquidación de divisas, el resultado es que la economía
argentina sufriría un efecto “neutro” de las inundaciones, ya que si
bien las toneladas a cosechar serán sensiblemente menores, el aumento de
los valores internacionales hará que el ingreso de divisas sea más o
menos similar al que se proyectaba previo al exceso de lluvias.
Así lo analiza el economista Juan Manuel
Garzón en el último Informe de Coyuntura del Ieral de Fundación
Mediterránea, quien sostiene que el valor bruto de la producción
agrícola 2015/16 estaría en torno a los 20 mil millones de dólares.
Cálculos. Según Garzón,
de los 60 millones de toneladas de soja que se proyectaban a fines de
marzo, se pasó a una estimación de tres o cuatro millones de toneladas
menos y que aún puede ser peor no sólo por las áreas que queden sin
recolectarse sino también por la pérdida de calidad de la oleaginosa.
Pero en un contexto en el que Argentina
es un jugador de peso en el mercado mundial sojero, esta reducción de
producción generó un alza de los precios: el poroto pasó de 333 dólares
la tonelada en el primer trimestre a 385 en la última semana de abril y
primeros días de mayo (+15 por ciento, mientras que la harina se elevó
23 por ciento de 301 a 369 dólares.
A partir de allí, Garzón elaboró 20
escenarios posibles, tomando como base un escenario productivo mínimo de
52 millones de toneladas y máximo de 58 millones, con un rango de
precios de entre 350 y 390 dólares por tonelada. La conclusión es que,
como mínimo, la soja ingresaría 18.200 millones de dólares esta campaña
y, como máximo, 22.620 millones de dólares.
Efecto neutro. En este
marco, cabe recordar que, antes del temporal de abril, el Ministerio de
Agroindustria proyectaba una cercana a las 60,9 millones de toneladas
que, con un precio de exportación de 330 dólares, configuraba un ingreso
asociado a la campaña sojera de 20.100 millones de dólares.
Ahora, post lluvias excesivas, hay
muchas combinaciones posibles de producción y precios que permitirían
alcanzar un flujo de divisas más o menos similar. Por ejemplo, si la
producción se ubicase en un rango de entre 54 y 56 millones de toneladas
y los precios se estabilizaran en torno a 370 y 390 dólares la
tonelada, el valor de la producción quedaría en un rango de entre 20 mil
y 21.800 millones de dólares, con la suba de precios compensando
plenamente la baja de los volúmenes.
Incluso, si la producción llegase a
bajar hasta 52 millones de toneladas, un precio medio de 380 dólares,
que no es improbable ante semejante achique de la oferta, generaría un
valor bastante cercano al que se proyectaba antes del evento climático.
Caída interanual. Lo
que sí no se logrará es alcanzar un nivel de ingresos como el que tuvo
la campaña récord 2014/15. En aquella oportunidad, el Ministerio de
Agroindustria ubicó a la producción total de soja en 61,4 millones de
toneladas, que con un precio de exportación de 367 dólares, generó un
valor de cosecha de 22.530 millones de dólares.
“Considerando como escenarios más
probables a la fecha aquellos que ubican la producción en un rango de
54-56 millones de toneladas y un precio medio de 370 a 390 dólares, el
valor de la cosecha de soja 2015/16 caería entre tres y diez por ciento
aproximadamente respecto de su antecesora”, cierra el artículo de
Garzón.
Fuente: Agrovoz.