Fatídicos 20 días y su efecto sobre la soja JULIO CALZADA

Los 20 días luego del 1° de abril fueron fatídicos para el campo. En soja, las estimaciones de pérdidas están en un rango de 3,3/4,2millones de toneladas. Hay estimaciones privadas que las ubican por encima de esos números. En vastas áreas geográficas rurales se produjeron fuertes e importantes precipitaciones afectando la provincia de Santa Fe, el este de Córdoba, Corrientes y Entre Ríos. Hubo registros notables, tal como se pudo verificar en la red de estaciones meteorológicas de GEA. Ramallo encabezó este ranking con 308 mm acumulados en lo que va de abril. Detrás iban Álvarez, que acumulaba casi 300 mm; Santa Teresa, con 270 mm; y Baradero, con 260 mm.

Mientras se analizan las posibles pérdidas, el Ministerio de Agroindustria de la Nación emitió un rápido informe  el 19 de abril (ver estimación de producción cuadro N°1) donde indicaba que la abundante y constante caída de agua había afectado la logística de cosecha de soja impidiendo recolectar gran parte de la producción que ya se encontraba lista para levantarse. Dicha situación generó pérdidas de superficie por anegamiento temporario y calidad por manchado y brotado de los granos. El informe destaca las pérdidas de rendimiento potencial por dehiscencia y pudrición de vainas, pérdidas que ascenderían aproximadamente a 3.330.000 toneladas de poroto de soja. En el informe destacaba que la soja de 1ª, en Argentina, representa en esta campaña el 85% (incluyendo la destinada a forraje) y la de 2ª el 15% de la superficie, y el 88% y 12% respectivamente en cuanto a producción. 

El estado fenológico al 19 de abril era el siguiente: 80% de la soja de 1ª se encuentra en estado de madurez comercial y el 20% se encuentra en llenado; y el 42% y el 58% de la soja de 2ª respectivamente. El avance de cosecha a nivel país es del 14% a dicha fecha.

​​

Lo más importante de este informe es que hizo hincapié en que de continuar las condiciones climáticas adversas, las pérdidas irán aumentando en forma exponencial.

También apareció un informe de Oil World Statistics quien estimó la caída en la producción argentina de soja de 58 millones de toneladas a 55 millones en estos 20 días. De esta forma, las pérdidas por menores rindes debido a dehiscencia y pudrición de vainas fueron estimadas por esta consultora en 3 millones de toneladas. A su vez, Oil World bajó la estimación de la cosecha brasileña 2015/2016 en estos 20 días de 100 millones de toneladas a 98,5 millones. Lo mismo hizo con la cosecha uruguaya que se reduce de 3,3 millones de tn a 2,9 millones. En consecuencia, la producción sudamericana de la principal oleaginosa de la región habría caído cerca de 4,9 millones de toneladas en estos primeros 20 días de abril, para situarse en los 168,3 millones; valor inferior a los 173,2 millones que se manejaban inicialmente.
 

La Sociedad Rural Argentina también estimo la pérdida de la producción argentina de soja en estos 20 fatídicos días con cifras cercanas a los 4,1 millones de toneladas. Ernesto Ambrosetti, economista de la entidad, estimó las pérdidas de ingresos de los productores agropecuarios en 1.200 millones de dólares para los productores agropecuarios. A esto –indicó- hay que sumar la caída en los ingresos del Estado Nacional por una menor recaudación (aprox. 443 millones de U$S) y otras pérdidas conexas tales como la rotura de maquinaria, tractores, cosechadoras, tolvas y camionetas, entre otras, y la pérdida de calidad por manchado del grano y brotado.

¿Qué pasó con los precios del mercado de granos en estos veinte fatídicos días? El cuadro N°2 muestra algunas conclusiones interesantes. El mercado de derivados agropecuarios de referencia a nivel mundial, Chicago, registró subas entre el 31/3/2016 y el 19/04/2016 del 8,2% en los futuros de soja; 12,9% en harina de soja y 1,6% en aceite de soja. Los futuros de soja pasaron de valer 334 U$S/tn el último día de marzo de este año a 362 U$S/tn el 19/4/2016. La muy evidente y segura caída en la producción argentina y sudamericana de la oleaginosa impactó en las cotizaciones del mercado de referencia, tanto en poroto como en pellets y aceite. También se detectaron algunas subas impulsadas por compras de los fondos especulativos y el efecto de la recuperación del barril de petróleo y de los precios internacionales de otros aceites vegetales.

Los precios de exportación FOB a los que se despacha la producción argentina de poroto de soja del Up River Paraná (especialmente la del Gran Rosario) subió de 335 U$S (el 31/3) a 363 U$S el 19 de Abril, con un incremento del 8,4% en 20 días. Estos últimos datos surgen de las estimaciones del valor FOB realizada por nuestra entidad. 

En el mercado físico de granos de Rosario la soja pasó de $ 3.000 la tonelada en promedio a valores de 3.450 $/tn, en el periodo considerado. Diversos compradores mantuvieron los premios por entrega a corto plazo, con altos diferenciales frente a posiciones con descarga contractual. El 19 de Abril -ante la gran necesidad de materia prima- el precio llegó a $ 3.500/ton. Y en posiciones de entrega a muy corto plazo hubo negocios en el rango de $ 3.550 a $ 3.600/ton, en algunos casos por lotes de tamaño significativo. 

El maíz también tuvo su contagio en Chicago subiendo un 9,4% la posición Mayo 2016, al igual que los precios en el mercado físico local los cuales pasaron de $ 2.200 la tonelada el 31/3/2016 a 2.500 $/tn el 19 de Abril. Un incremento fuerte del 13,6%. Todo esto en el marco de una caída del tipo de cambio oficial que bajó de 14,89 $ por dólar a 14,48 $ por U$S el 19 de abril. 

Estos aumentos de precios habrá que ver si se consolidan en el plano internacional en las próximas semanas, una vez que Argentina empiece a recolectar su poroto de soja. Si multiplicamos la producción estimada por el Ministerio antes de las lluvias (60,9 millones de tn) por el precio de exportación que regía a fines de marzo (335 U$S/tn FOB) se obtiene un valor bruto de exportación de 20.447 millones de U$S. Si luego hacemos el ejercicio supuesto de calcular el producto de la nueva estimación de producción (57,5 millones de tn) por el valor FOB más alto del 19/4/2016 (363 U$S/tn FOB) se obtiene un valor bruto de exportación del poroto sin procesar de 20.900 millones de U$S. Parecería que se compensa la pérdida de producción por las lluvias con los mayores precios. Pero este cálculo es absolutamente engañoso y no debe llevarnos a alegrarnos ni mucho menos. Todo lo contrario, por las siguientes razones: 
a) No se sabe –a ciencia cierta- cuánta soja se podrá cosechar ya que hay una gran superficie sobre la cual siquiera se puede ingresar. Muchos ubican la producción por debajo de los 55 millones.
b) Luego viene el problema de la calidad de la producción que está fuertemente afectada por la enorme cantidad de granos brotados, fermentados y podridos.
c) En aquellos lugares donde las pérdidas son directamente totales, no hay mercadería para cosechar. Aquí los problemas financieros de los productores se multiplicarán con impacto para la cadena de pagos. 
d) En lo inmediato está la influencia del fenómeno sobre la recolección y derivación de la mercadería a destino para cumplir con la entrega sobre negocios pactados. Esta imposibilidad de entregar mercadería y, por lo tanto, recibir el pago por el negocio concertado impacta sobre, al menos, el cumplimiento de obligaciones contraídas por el productor. Una vez más impacto sobre la cadena de pagos. Si uno toma los camiones ingresados a la zona del Up River en lo que va del mes de abril y lo compara con otros años, apreciará que ingresó la tercera parte de lo histórico. Sobre la base de los precios existentes son $12.000 millones o poco más de 800 millones de dólares que no entraron al sistema en este mes y es una espada de Damocles sobre el productor agrícola.
d) Muchos acopios no tienen mercadería óptima para mezclar con la deteriorada y obtener una calidad uniforme. 
e) Finalmente habrá que ver cuáles son los precios de exportación que regirán al momento de vender al exterior la producción argentina de poroto, harina, aceite y biodiesel; los cuales se “inflaron” en estos 20 días por la coyuntura climática. 

Y finalmente una reflexión. En el medio de la tristeza e incertidumbre del campo, el final de las lluvias el día 19 de Abril se enlazó misteriosamente -por esas cosas del destino- con la exitosa emisión y colocación de deuda pública argentina para tratar de cerrar definitivamente el penoso default del 2001. La colocación de 16.500 millones de dólares en títulos públicos a una tasa promedio del 7,14% anual con una baja del riesgo país a 388 puntos básicos (el menor nivel registrado desde fines del 2007) fue sin duda un importante logro para el Gobierno Nacional y el país. Los mercados financieros lo vivieron festejando por adelantado con subas del orden del 5% en las acciones del MERVAL y en Wall Street. Si bien ha sido un importante paso para nuestra economía, creo que poco hay para festejar. En primer lugar, no se puede festejar un endeudamiento porque implica compromisos a futuro que todos los Argentinos deberemos pagar. Y por otra parte, esta nueva deuda reconocida necesitará de los dólares del campo y la agroindustria para poder cumplir con el pago de los servicios de la misma. Hoy, en muchos lugares de la ruralidad argentina, todo es preocupación y desaliento. No se sabe cuanta mercadería se podrá recolectar, cuanto se perdió y como estará la calidad por la gran cantidad de granos brotados, fermentados y podridos. Veremos cómo viene la semana próxima y que novedades hay.​