Las inundaciones en la provincia desnudan un déficit en la
planificación de infraestructura. El Gobierno apura la sistematización
de 10 cuencas hídricas.
Recién estaba entrando en calor, cuando a
la flamante Subsecretaría de Infraestructura Agropecuaria de la
Provincia le tocó apurar el paso.
Las inundaciones de finales del verano y
el inicio del otoño en el este, sudeste y sur de Córdoba pusieron otra
vez al desnudo las deficiencias existentes en materia de infraestructura
y la necesidad de implementar soluciones de fondo.
El exceso de lluvias confirmó una
carencia que mete en la misma bolsa la falta de obras hídricas, las
ejecuciones de canales furtivos y la desidia del Estado en prever los
efectos de los fenómenos climáticos. Al punto de volver inválidos los
esfuerzos que vienen haciendo desde hace muchos años algunos grupos de
productores para encausar las aguas.
El plan de contingencia rural previsto
por los ministerios de Agricultura, Infraestructura y Agua, y que prevé
entre otras medidas la recuperación de caminos troncales, avanza al
ritmo que le permite el clima. Mientras tanto, la Provincia acelera el
diseño de una estrategia integral, con un perfil de solución definitiva.
La Subsecretaría de Infraestructura, a
cargo de Edgardo Bustamante, tiene la función de coordinar las
decisiones políticas y técnicas para sistematizar 10 cuencas hídricas en
la provincia.
De la decena de cuencas identificadas
por la Secretaría de Recursos Hídricos de la Provincia, diseñadas en
función de los cursos de agua y algunas de las cuales abarcan varios
departamentos, ya hay tres en marcha: la del río Cuarto, la del Quinto y
en el norte provincial.
En la constitución de la cuenca del
norte, los productores le solicitaron a la Provincia definir las trazas
de los ríos Pinto y Carnero, cuyos desbordes han provocado el
anegamiento de más de seis mil hectáreas en la zona.
Dentro del Comité interministerial de
Conservación de los Recursos Naturales en la provincia, y que tiene a su
cargo las 10 cuencas hídricas, la participación de los legisladores
está contemplada y resulta fundamental para darle marco legal a las
decisiones técnicas.
La inutilidad que exhiben algunos
caminos rurales abre la necesidad de realizar nuevas trazas para lo que
habrá que contar con el apoyo de los productores. Lo mismo ocurre con
los derechos de paso para la construcción de las futuras obras de
canalización.
Si bien la estrategia de sistematización
incluye obras retardadoras de agua, como diques y lagunas de
contención, el plan debe contener prácticas de absorción del líquido, en
las que las labores conservacionistas encabezan la lista.
Además de la rotación agrícola con
cultivos invernales, estimular a los productores para que realicen
terrazas y curvas de nivel en sus predios podría ser parte de una
política oficial. Sus precursores admiten que sólo así se logrará
retener la mayor cantidad de agua y minimizar los escurrimientos.