Las medidas económicas impactan de manera asimétrica en el agro

Un informe de la Fundación Mediterránea muestra cómo con la apertura del cepo, algunos sectores caen en picada.
Los mercados de granos se han alineado rápidamente al nuevo escenario de tipo de cambio y política comercial, algo que ocurrió con menor intensidad en el mercado de hacienda. En lechería, la situación es diferente y preocupante.
El precio local del maíz ha subido un 110% desde octubre 2015 a febrero 2016, variación que fue de 63% para el trigo y de 58% para la soja. La hacienda (novillo) subió un 26%, copiando un 45% de la devaluación observada desde octubre, mientras que la leche cruda lo hizo sólo un 6%, por debajo de la inflación del período (estimada en el 17%).
En perspectiva histórica, el poder de compra actual (en términos de una canasta básica de consumo) es muy bueno en maíz y en hacienda, no tanto en soja (bastante por debajo de la media de los últimos 10 años) y decididamente malo en leche cruda. Tal como podía esperarse, a partir del cambio de gobierno se observa un importante incremento en la comercialización de granos.
Considerando 11 semanas previas y 11 semanas posteriores a la salida del cepo cambiario (16 de diciembre), las compras diarias promedio de soja pasaron de 122 mil a 160 mil toneladas, es decir, subieron un 31%. En el caso del maíz el incremento ha sido del 65%. Como contrapartida, los stocks de soja han sido reestimados a la baja, 4,2 millones de toneladas por debajo de lo que se presumía.