La
cosecha del cereal sigue avanzando en aquellas zonas donde las
condiciones climáticas lo permiten. A nivel nacional se estima que la
recolección llegó al 87% de la superficie total, por debajo del 98%
reportado a la misma fecha del año pasado. Los únicos lotes que quedan
en pie se encuentran en las provincias de Buenos Aires y La Pampa, donde
las expectativas de rendimiento han mejorado en los últimos días. De
todos modos, parece difícil que la producción se ubique por encima de 10
M tn, aunque algunas agencias de estimación comenzaron a subir sus
números. GEA - Guía Estratégica para el Agro actualizará su estimación
mensual nacional durante la semana que viene.
Los
precios del mercado interno han fluctuado relativamente poco en los
últimos días, aunque mantienen una gran diversidad en función de las
exigencias de calidad de los compradores y la zona geográfica de la
operación. La industria molinera cuenta con buena disponibilidad de
stocks, aunque en algunos casos cuesta encontrar vendedores que quieran
ponerle precio a la mercadería. Por su parte, la exportación ha
segmentado fuertemente el mercado entre los puertos del sur y del Up
River, con valores completamente diferentes en función de las
características del negocio. Esto hace difícil la posibilidad de resumir
la actuación del mercado tomando el promedio de sólo unos pocos
precios.
Esta
situación responde a la gran diferenciación que se observa en el
mercado FOB, en el trigo no se está comportando como una "commodity".
Los ofrecimientos de venta por buques de trigo en zona a Up River se
ubican en u$s 195/ton para envíos con 12% de proteína, cayendo a u$s
175/ton con 11,5%. El precio baja hasta el rango de u$s 158-160/ton con
10,5% de proteína, siempre para embarques durante el mes de enero. Sobre
terminales del sur de Buenos Aires casi todos los ofrecimientos
refieren al segmento de menor contenido proteico, resultando en una
menor capacidad de pago de parte de los exportadores que originan en esa
zona.
En
las últimas semanas distintos analistas han advertido que los precios
del mercado interno se mantienen por debajo de la "capacidad teórica de
pago" de los exportadores, incluso después de eliminarse las
restricciones cuantitativas y el sistema de ROE Verde. Esto significa
que los compradores logran mantener un margen favorable en la operación
de originación y venta al exterior. Las razones de esta situación se
encuentran en la gran necesidad de cerrar negocios que tienen los
productores -que concertaron escasos contratos forwards- y la abundante
disponibilidad de oferta que caracteriza a este inicio de campaña, con
stocks remanentes del ciclo 2014/15 por cerca del 40% de la producción
del año. Se trata de una situación característica de la oferta y la
demanda de un inicio de ciclo comercial como el actual, que seguramente
se acomodará a lo largo del año.
De
a poco el volumen de negocios comienza a repuntar, aunque el acumulado
de operaciones sigue por debajo de sus marcas habituales para la primera
semana de enero. La empinada pendiente alcista que se obtiene en
operaciones a término es un incentivo para postergar las decisiones en
los vendedores, ya que las tasas implícitas en los contratos superan al
costo de oportunidad del dinero. En Matba los futuros de trigo con
vencimiento en enero sobre Dársena cerraron el viernes a u$s 137/ton,
cifra que mejoraba a u$s 145/ton en marzo y u$s 156/ton en julio.
Los
exportadores declararon compras por apenas 1,2 M tn hasta el 30/12
frente a 4 M tn a la misma altura del año pasado. Sin embargo, el ritmo
de compromisos con el exterior ha ganado fuerza recientemente. Las
Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) conocidas desde mediados
de noviembre, incluyendo los ROE Verde correspondientes al régimen
anterior, totalizan unas 920.000 tn de trigo pan y otras 750.000 tn de
baja proteína. Esto no implica que los exportadores estén cortos en el
producto, ya que además de las compras de esta campaña arrastran la
disponibilidad de los stocks que el año pasado no pudieron ser
embarcados.
De
cara a las próximas semanas los precios locales podrían sentir el
impacto tanto de un mayor movimiento en el tipo de cambio como de un
eventual repunte de la demanda externa, que se muestra bastante
retraída. Se espera que las importaciones brasileñas vayan en aumento
durante los próximos meses, antes del ingreso de la cosecha nueva que en
el estado de Paraná -extremo norte del área productora- comienza en
agosto. Para ello, será crucial monitorear la evolución del cambio del
real frente al dólar, una proxy de la capacidad de pago de la industria
molinera ante precios domésticos de la harina que no responden en igual
proporción. En los últimos días esta paridad superó los R$ 4 por dólar.
De
todos modos, el trigo argentino está logrando llegar con competitividad
a destinos alternativos, como los africanos. De hecho, en los últimos
días del año 2015 se concretaron negocios con Marruecos, Argelia y
Egipto en distintas licitaciones de compra. La última vez que nuestro
país logró la misma presencia en estos mercados fue promediando la
campaña 2011/12, en plena crisis de abastecimiento en la zona del Mar
Negro, un proveedor tradicional de estos destinos. Indudablemente, la
eliminación de los derechos de exportación favorece las posibilidades de
colocación del cereal argentino, al igual que el abaratamiento de los
costos de flete. Si bien la baja disponibilidad de oferta de esta
campaña limitará la inserción externa del cereal, este puede ser un
factor interesante para el próximo año.