Trigo argentino busca regresar a la escena internacional Guillermo Rossi

La cosecha del cereal sigue avanzando en aquellas zonas donde las condiciones climáticas lo permiten. A nivel nacional se estima que la recolección llegó al 87% de la superficie total, por debajo del 98% reportado a la misma fecha del año pasado. Los únicos lotes que quedan en pie se encuentran en las provincias de Buenos Aires y La Pampa, donde las expectativas de rendimiento han mejorado en los últimos días. De todos modos, parece difícil que la producción se ubique por encima de 10 M tn, aunque algunas agencias de estimación comenzaron a subir sus números. GEA - Guía Estratégica para el Agro actualizará su estimación mensual nacional durante la semana que viene.
Los precios del mercado interno han fluctuado relativamente poco en los últimos días, aunque mantienen una gran diversidad en función de las exigencias de calidad de los compradores y la zona geográfica de la operación. La industria molinera cuenta con buena disponibilidad de stocks, aunque en algunos casos cuesta encontrar vendedores que quieran ponerle precio a la mercadería. Por su parte, la exportación ha segmentado fuertemente el mercado entre los puertos del sur y del Up River, con valores completamente diferentes en función de las características del negocio. Esto hace difícil la posibilidad de resumir la actuación del mercado tomando el promedio de sólo unos pocos precios.
Esta situación responde a la gran diferenciación que se observa en el mercado FOB, en el trigo no se está comportando como una "commodity". Los ofrecimientos de venta por buques de trigo en zona a Up River se ubican en u$s 195/ton para envíos con 12% de proteína, cayendo a u$s 175/ton con 11,5%. El precio baja hasta el rango de u$s 158-160/ton con 10,5% de proteína, siempre para embarques durante el mes de enero. Sobre terminales del sur de Buenos Aires casi todos los ofrecimientos refieren al segmento de menor contenido proteico, resultando en una menor capacidad de pago de parte de los exportadores que originan en esa zona.
En las últimas semanas distintos analistas han advertido que los precios del mercado interno se mantienen por debajo de la "capacidad teórica de pago" de los exportadores, incluso después de eliminarse las restricciones cuantitativas y el sistema de ROE Verde. Esto significa que los compradores logran mantener un margen favorable en la operación de originación y venta al exterior. Las razones de esta situación se encuentran en la gran necesidad de cerrar negocios que tienen los productores -que concertaron escasos contratos forwards- y la abundante disponibilidad de oferta que caracteriza a este inicio de campaña, con stocks remanentes del ciclo 2014/15 por cerca del 40% de la producción del año. Se trata de una situación característica de la oferta y la demanda de un inicio de ciclo comercial como el actual, que seguramente se acomodará a lo largo del año.
De a poco el volumen de negocios comienza a repuntar, aunque el acumulado de operaciones sigue por debajo de sus marcas habituales para la primera semana de enero. La empinada pendiente alcista que se obtiene en operaciones a término es un incentivo para postergar las decisiones en los vendedores, ya que las tasas implícitas en los contratos superan al costo de oportunidad del dinero. En Matba los futuros de trigo con vencimiento en enero sobre Dársena cerraron el viernes a u$s 137/ton, cifra que mejoraba a u$s 145/ton en marzo y u$s 156/ton en julio.
Los exportadores declararon compras por apenas 1,2 M tn hasta el 30/12 frente a 4 M tn a la misma altura del año pasado. Sin embargo, el ritmo de compromisos con el exterior ha ganado fuerza recientemente. Las Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) conocidas desde mediados de noviembre, incluyendo los ROE Verde correspondientes al régimen anterior, totalizan unas 920.000 tn de trigo pan y otras 750.000 tn de baja proteína. Esto no implica que los exportadores estén cortos en el producto, ya que además de las compras de esta campaña arrastran la disponibilidad de los stocks que el año pasado no pudieron ser embarcados.
De cara a las próximas semanas los precios locales podrían sentir el impacto tanto de un mayor movimiento en el tipo de cambio como de un eventual repunte de la demanda externa, que se muestra bastante retraída. Se espera que las importaciones brasileñas vayan en aumento durante los próximos meses, antes del ingreso de la cosecha nueva que en el estado de Paraná -extremo norte del área productora- comienza en agosto. Para ello, será crucial monitorear la evolución del cambio del real frente al dólar, una proxy de la capacidad de pago de la industria molinera ante precios domésticos de la harina que no responden en igual proporción. En los últimos días esta paridad superó los R$ 4 por dólar.
De todos modos, el trigo argentino está logrando llegar con competitividad a destinos alternativos, como los africanos. De hecho, en los últimos días del año 2015 se concretaron negocios con Marruecos, Argelia y Egipto en distintas licitaciones de compra. La última vez que nuestro país logró la misma presencia en estos mercados fue promediando la campaña 2011/12, en plena crisis de abastecimiento en la zona del Mar Negro, un proveedor tradicional de estos destinos. Indudablemente, la eliminación de los derechos de exportación favorece las posibilidades de colocación del cereal argentino, al igual que el abaratamiento de los costos de flete. Si bien la baja disponibilidad de oferta de esta campaña limitará la inserción externa del cereal, este puede ser un factor interesante para el próximo año.