“Los productores resignaron ingresos por las retenciones” María Iglesia

“Bajo el nuevo escenario económico esperado, seguramente habrá una importante asignación de tierras a la producción”, dijo Juan Manuel Garzón, economista de la Fundación Mediterránea.
 
 
 "En los últimos años los productores de maíz y trigo resignaron entre 40% y 50% de sus ingresos brutos a consecuencia de estas intervenciones en el mercado. En muchas zonas se siguió sembrando a pérdida a los efectos de mantener la rotación de cultivos y el sistema de producción". Así lo sostuvo Juan Manuel Garzón, economista del IERAL, instituto de investigaciones económicas de la Fundación Mediterránea, en una entrevista con este diario. Puntualizó que una devaluación sólo beneficiaría al campo no necesariamente beneficiará al campo "En el caso de la suba del tipo de cambio, su impacto final dependerá de lo que suceda con los precios de todos los bienes de la economía. Si el nivel general de precios aumenta en el mismo porcentaje que el tipo de cambio, no habrá mejoras para los sectores exportadores como el campo", señaló.

Periodista: El año 2016 luce el año que más cambios va a ver para el sector, ¿cómo termina el 2015 en materia de producción y exportación de granos y de carnes?

Juan Manuel Garzón: La campaña 2014/2015 tuvo balance positivo de producción, particularmente en soja, de la mano de rindes por encima de la media histórica y gracias a condiciones climáticas muy favorables. Esto se vio reflejado en un aumento importante en los volúmenes exportados de todos los productos del complejo sojero, con excepción del biodiésel de soja que no tuvo un buen año. En cereales las exportaciones tuvieron desempeños mixtos, subieron las de trigo, probablemente maíz también termine arriba (resta conocer las estadísticas de los últimos dos meses del año), pero los envíos de cebada y sorgo cerrarán por debajo de 2014. En carnes, la cadena aviar termina con muchos problemas. Las exportaciones cerrarán 25%-30% abajo del 2014 en volúmenes y más abajo aún en valores. En carne bovina se observa cierto statu quo, pero muy lejos sigue la actividad de su potencial. Las exportaciones probablemente cierren en volúmenes similares a los de 2014 (aproximadamente 200.000 toneladas res con hueso), con una gran participación de China como destino principal del producto. Sin embargo, como en las demás commodities, el precio internacional de la carne ha disminuido y por lo tanto los ingresos de exportación se reducirán respecto del año previo.

P.: ¿Cuánto se puede llegar a producir en 2016 de granos y cuánto exportar?

J.M.G.: El ciclo 2015/2016 está en desarrollo, con un avance de área sembrada para la cosecha gruesa de entre 40% y 50% según cultivos. Bajo el nuevo escenario económico esperado, seguramente habrá una importante asignación de tierras a la producción. La soja seguirá siendo dominante, aunque en muchas zonas de producción se verá un mejor balance con el maíz, debido a que los precios relativos internos están favoreciendo al cereal. Bajo rindes normales habrá menos producción que en el ciclo 2104/2015, que como ya se mencionara tuvo productividad excepcional. En materia de exportaciones, hay una chance importante de incrementar los volúmenes exportados en el complejo sojero, en función de los elevados stocks con los que cerrará 2015. Un volumen importante de granos en manos de los productores pasará de un año a otro, y si las condiciones de venta son mejores que las de este año gracias a la baja de derechos de exportación y la corrección cambiaria, es probable que buena parte de estas existencias salgan al mercado y engrosen luego las exportaciones. De todos modos, hay que tener en cuenta que los precios de exportación 2016 pueden estar un pequeño escalón por debajo de los de 2015, por lo que puede haber más volúmenes exportados pero menores ingresos de divisas.

P.: ¿Y de carnes?

J.M.G.: En carnes, con un tipo de cambio más alto, es de esperar una respuesta positiva en los volúmenes exportados, en particular de carne aviar, cuyo proceso productivo es más corto y puede responder más rápido. En carne bovina, deberían aumentar también los envíos pero dependerá mucho de la oferta de animales

P.: ¿Qué afectará más al sector, la eliminación y baja en las retenciones de granos y/o carnes o una suba del valor del dólar?

J.M.G.: En cereales (maíz, trigo) la eliminación de derechos y cupos de exportación tendrá un gran impacto en función que estos productos venían muy castigados por estas políticas. En los últimos años los productores de estos cereales resignaron entre 40%-50% de sus ingresos brutos a consecuencia de estas intervenciones en el mercado. En muchas zonas se siguió sembrando a pérdida a los efectos de mantener la rotación de cultivos y el sistema de producción. En soja, la decisión del próximo gobierno es bajar sólo 5 puntos porcentuales de derechos de exportación, es decir poco en relación a la carga total (35% actualmente). En este caso la suba del valor del dólar seguramente tendrá más impacto que la baja de derechos de exportación, en función que la corrección del tipo de cambio sería porcentualmente mayor. En el caso de la suba del tipo de cambio, su impacto final dependerá de lo que suceda con los precios de todos los bienes de la economía. Si el nivel general de precios aumenta en el mismo porcentaje que el tipo de cambio, no habrá mejoras para los sectores exportadores como el campo.

P.: El financiamiento en el mercado de capitales es relativamente bajo desde el campo, ¿puede incrementarse dadas la nueva situación y perspectivas para el sector?

J.M.G.: Bajo el nuevo contexto esperado, todos los emprendimientos productivos en condiciones de vender al mundo, ya sea en forma directa (campo) o indirecta (proveedor de servicios especializados para el agro), mejoran su prospecto frente a los inversores y pasan a estar en la mira de todos aquellos que tengan excedentes financieros y estén buscando oportunidades para hacer buenos negocios. A medida que se vaya consolidando el cambio de escenario, el mercado de capitales puede constituirse en una herramienta clave para financiar proyectos que demandan tiempos de recupero más largos, como son por caso aquellos que se requieren en la mayoría de las economías regionales antes mencionadas, donde la cuestión biológica exige esperar varios años para que la producción salga al mercado.
Fuente: 
Ambito Financiero