En
la semana la cotización de la soja en la plaza local alcanzó finalmente
la barrera psicológica de $ 3.000 la tonelada, dando lugar a una
reactivación del volumen de negocios. Se calcula que en el recinto de
nuestra Bolsa de Comercio se negociaron entre 10.000 y 15.000 toneladas
diarias, lejos aún de las cantidades que se comercializaban en las
mejores épocas de precios pero muy por encima de lo que podía observarse
hace escasas semanas atrás.
El
principal driver por detrás de la suba de precio es la expectativa
generalizada que el flamante gobierno combine en el corto plazo
devaluación y disminución de costos para exportar se han conjugado para
impulsar la disposición a pagar de los compradores. En relación a estos
dos últimos ítems, el nuevo Ministro de Agricultura Ricardo Buryaile
ratificó la intención del gobierno de recortar en 5 puntos porcentuales
la alícuota del impuesto a la exportación de la soja, pese a que deja
intuir cierta necesidad de atar lo anterior al ingreso de dólares para
recomponer las alicaídas reservas internacionales en manos del Banco
Central.
Según
dejó trascender el Ministro, de liquidarse la porción del stock de soja
que puede comercializarse en el plazo inmediato podrían ingresar al
país un total de US$ 6.000 millones. Esta entrada de divisas se hace
indispensable para que el Gabinete pueda cumplir con otra de sus
principales promesas de campaña, el levantamiento del “cepo” y la
unificación del mercado cambiario dando lugar a la desvalorización de la
moneda local.
Es
que si bien los $ 3.000/ton resultan un máximo histórico en términos
nominales, convertidos a dólares el valor en la plaza rondaría los US$
300/ton. Ello resulta un 28% por encima del precio que se conseguía
previo a la primera vuelta presidencial, aunque aún se encuentra lejos
del máximo relativo de septiembre de 2012 cuando por una tonelada de
soja se podían conseguir arriba de US$ 430/ton.
En
lo que hace a la soja nueva, para la entrega en mayo del próximo año
los valores ofrecidos abiertamente rondan los US$ 210 a US$ 215 por
tonelada, unos cinco dólares por debajo de la cotización en los mercados
a término del país. En este segmento, sin embargo, es aún más evidente
la preferencia de los vendedores a aguardar el anuncio de medidas
concretas para el sector, a la espera de alguna mejora adicional en los
ofrecimientos.
La
expectativa que Argentina embarque un mayor volumen de soja en los
próximos meses ha redundado, naturalmente, en una caída de los precios
externos de referencia, con el contrato de futuro más cercano en el
mercado de Chicago perdiendo casi 10 dólares la tonelada. Sucede que de
por sí se descontaba un mercado internacional bien abastecido este año.
Al
respecto, el día miércoles se conoció el nuevo reporte mensual de
estimaciones de oferta y demanda del USDA donde si bien el panorama para
Estados Unidos en la campaña 2015/16 permaneció sin cambio, se ajustó
el volumen de stock final mundial a 82,6 millones de toneladas. Ello
resulta por debajo de los 82,9 que se preveían en el mes de noviembre
pero aún muy holgados en relación a los 77,7 millones de toneladas que
se prevén como carry out del año comercial 2014/15.
En
lo que hace a las cifras para Argentina, específicamente, el
Departamento de Agricultura de Estados Unidos mantuvo invariable tanto
la estimación de producción 2015/16 con 57 millones de toneladas (debajo
de las 61,4 millones que prevé para el ciclo actual) como la de
industrialización doméstica en 42 millones de toneladas. Sin embargo, la
cifra de exportaciones fue revisada al alza, pasando de 10,75 a 11,25
millones de toneladas.
Con
lo anterior, y tomando ahora las cifras en términos de nuestro propio
año comercial que difunde el USDA, el stock al final de la campaña
2015/16 se proyecta en casi 12 millones de toneladas. Si bien este
guarismo continúa siendo muy abultado en relación a las cifras
históricas, se encuentra decididamente por debajo de los 14 millones de
toneladas con los que el organismo estima que se cerraría la campaña
actual.
Lo
que es importante resaltar es que toda previsión de una mejora en los
embarques que parten desde Argentina redunda en una caída de los precios
de referencia. Ello impone un límite a las mejoras domésticas de
precios toda vez que nuestras exportaciones deban mantenerse
competitivas en relación a lo que ofrece el resto del mundo.
De
momento se espera que en la semana próxima se den a conocer formalmente
al menos algunas de las medidas para el sector con las que el gobierno
entrante sedujo a sus votantes durante la campaña, con lo que se cree
que la rentabilidad relativa de los distintos cultivos se reacomodará en
favor de los cereales, por primera vez en mucho tiempo.