La quita de las retenciones ayudará al campo, pero la situación seguirá siendo compleja

Un informe elaborado por técnicos de la Estación Experimental remarcó que las empresas enfrentan una difícil situación financiera.
Fuente: La Gaceta
 INCIDENCIA EN LOS CAMPOS. En la última década, los costos de producción en el norte han crecido en más del 120 %. la gaceta / foto de archivo
La eliminación de retenciones a la exportación de cereales, la disminución de esa obligación para la soja y la apertura de las ventas al exterior en otros segmentos ayudarán a los productores del NOA, pero la situación en la región seguirá siendo compleja. Estas medidas no serían suficientes para sostener la rentabilidad del sector en el largo plazo, especialmente frente a la mala perspectiva de precios internacionales. Así lo remarcó un informe del Programa de Grano y de la sección Economía de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), que explicó que las empresas enfrentan una importante crisis financiera producto de la sequía de las últimas campañas y de la caída de los precios internacionales.
“Durante esta década confluyeron factores de la política económica que indujeron malas decisiones en los niveles de rotación de los campos con aumentos de costos de producción. Luego las extremas sequías en las últimas campañas y la significativa caída del precio internacional de los granos llevaron a que hoy muchas empresas enfrenten una importante crisis”, expresa el trabajo realizado por Daniela Pérez, jefa de la sección Economía, y Mario Devani, coordinador del Programa Granos.
En esa línea, el informe plantea la conveniencia de la elaboración de un plan estratégico en el Gobierno y en las empresas que promueva la inversión y la agroindustria regional, con un marco regulatorio que se respete en el largo plazo.
“Probablemente, para muchas firmas del sector productivo primario sería, en este momento, muy arriesgado incursionar en una nueva curva de aprendizaje, cuando, según datos de Aacrea (Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola), más de un 38% tiene deuda estructural. En este sentido, un desarrollo requerirá de inversores y socios de otros sectores que aporten conocimiento de procesos y logística escasos en la región, además de capital”, remarca el análisis.
Con los actuales niveles de costos en Tucumán y en el NOA, y con los precios de venta de soja y de maíz, tomando como referencia octubre, se necesitan más de 2,8 toneladas por hectárea de la oleaginosa y 8 t/ha de rindes para alcanzar un punto de equilibrio. Sin embargo, en la campaña 2014-2015 la utilidad promedio en la provincia fue de 2,4 t/ha en soja y de 6,5 t/ha en maíz.
El estudio destaca que la retracción de la oferta de la oleaginosa a la espera de medidas que vayan más allá de la reducción de los derechos de exportación a 30% (era de 35%), generó un impacto en su precio disponible, que se ubicó en estos días alrededor se los $ 3.000 por tonelada. “Pero en el mercado de futuro, los valores para la soja mayo 2016, que ya incluyen el efecto del descuento de retenciones, se encuentran alrededor de los U$S 220 por tonelada. De modo que el disponible de hoy sólo se alcanzaría con un dólar que en la época de cosecha supere los $ 13,5, siempre y cuando el precio internacional de la soja no siga bajando”, asegura.
La cotización del maíz se ubicó en alrededor de los $ 1.500 por tonelada, y los valores de futuro para setiembre de 2016 rondan los U$S 145. “El alto nivel del stock y las estimaciones de alta producción mundial de granos indican como poco probable una suba de precios en 2016”, subraya el trabajo.

Los factores
Los efectos de la quita y la reducción de las retenciones serán positivos para el productor en la medida en que la inflación no siga creciendo. En promedio, en los últimos años fue del 25%.
“Para la producción de granos la devaluación tendría un efecto positivo en las deudas en peso, en el costo de estructura, que se volvió muy significativo en los últimos años, en todos los servicios de siembra, cosecha, aplicaciones, flete, rubros con fuerte influencia del componente salarial. Sería importante que el nivel de inflación no supere un 25%, y luego baje, lo cual dependerá de la eficacia de los acuerdos que logre el gobierno”, se aclara en la evaluación técnica.
Si se toman en cuenta tres precios del dólar $ 12,5, $ 13,5 y $ 14,5, un incremento en el costo de servicios de un 25% -los agroinsumos que cotizan en dólares no subirán su valor- y los precios en el momento de cosecha del orden de U$S 220 por tonelada en soja y U$S 145 en maíz, los rindes de indiferencia experimentarán algunos cambios con respecto a 2014-2015, enfatiza el trabajo.
Si bien para un dólar de $ 12,5 el rinde de indiferencia de soja se mantendría alrededor de 2,8 t/ha, para valores de dólar de $ 13,5 y $14,5, este indicador sería más cercano a las 2,4 t/ha. Mientras que la rentabilidad del cultivo de maíz experimentaría una mejora significativa respecto de 2014-2015, y su rinde de indiferencia sería del orden de las 5 t/ha. “En este caso hasta podría ser factible acordar valores razonables de arriendo, situación que en soja”, añade.
En la última década los costos de producción en el NOA han crecido en más de un 120 %, esto sin tener en cuenta la carga impositiva en la región.