Trigo: cosechado cerca de 20%, vendido menos de 10%. Guillermo Rossi

La cosecha sigue avanzando en el centro-norte del país y de a poco un mayor volumen de mercadería comienza a ingresar en las plantas y puertos de la zona de Rosario, aunque a un ritmo inferior al observado en los últimos años. Complicaciones climáticas han demorado la trilla en algunas regiones, al tiempo que la gran expectativa que genera el recambio gubernamental y la incertidumbre en materia de calidad del grano -especialmente, el contenido proteico- retrasan las decisiones de venta.
Los precios del segmento disponible en Rosario no experimentaron gran variación durante los últimos días, estabilizándose en torno a $ 1.300/ton en condiciones Cámara con descarga inmediata. La molinería continúa concediendo considerables primas por calidad, llegando a $ 1.500/ton con gluten 26 y $ 1.600/ton con gluten 28, en ambos casos con peso hectolítrico 76kg. El mercado a término sigue mostrando una empinada pendiente alcista, premiando la entrega diferida con valores más atractivos. Si a esto se le suma la expectativa de depreciación del peso frente al dólar, el potencial de incremento del precio doméstico parece considerable ingresando al año 2016.
Ante este escenario, luce poco probable que la oferta del cereal se vuelque con agresividad al mercado, aunque los trabajos de recolección marcarán la pauta de corto plazo. Las necesidades financieras de los productores suelen ser un determinante clave del comportamiento comercial de finales de año, más quedando una extensa superficie de intención para la campaña gruesa que todavía no ha sido implantada y con costos por afrontar. Hasta el momento el avance de las ventas de cosecha nueva llega a menos del 10% de la producción esperada, frente a un 20-25% habitual para mediados de noviembre.
De parte de los exportadores la presión compradora es limitada, ya que el ritmo de concreción de compromisos externos no es ágil por el momento. La industria molinera de Brasil, típicamente el principal cliente del trigo argentino, se encuentra focalizada en absorber la oferta doméstica -fundamentalmente, del estado de Paraná- y adquirir la disponibilidad que todavía queda de trigo paraguayo, cuyos parámetros de calidad en la última cosecha han sido más que satisfactorios. Dado que algunos exportadores locales se encuentran realmente largos en el cereal, los valores FOB están cayendo y ya se ubican por debajo de u$s 200/ton para embarques con 12% de proteína.
La buena noticia en materia de precios es que el saldo exportable de nuestro país es en cierta forma limitado, lo que evitará un declive sustancial del mercado. Compradores brasileños recibirán gran parte de ese volumen y -al igual que este año- es posible que otra parte tenga destino en mercados africanos. Como la relación stocks/consumo en Argentina caerá, los precios promedio del año comercial deberían ser algo mayores que los del último año. Los embarques del ciclo 2015/16 (ciclo diciembre/noviembre) posiblemente rondarán los 5 M tn, incorporando al sobrante de la nueva cosecha las estimaciones de stock del año que finaliza. El carry-over del ciclo 2014/15 se estima en 3,9 M tn y el de la campaña 2015/16 se proyecta preliminarmente en 1,9 M tn.
El posicionamiento de los precios externos le da competitividad al trigo argentino. Los valores FOB en el Golfo de México rondan los u$s 205-10/ton, ligeramente por encima de los FOB en puertos argentinos. A este pequeño diferencial se le agregan unos u$s 5/ton de ahorro en flete marítimo y más de u$s 25/ton de castigo al cereal norteamericano por impuestos a la importación (10%) y tasa de marina mercante (25% del flete). En suma, el ahorro de costos para el importador brasileño es de entre u$s 40 y 50/ton en la adquisición de trigo de nuestro país, en gran parte gracias a la protección arancelaria. Este diferencial pesará a lo largo de los próximos meses, haciendo caer todavía más la participación de la cuota norteamericana en el mercado brasileño. Esta última había sido del 59% en 2013/14 y 27% en 2014/15 (campaña agosto/julio).
El mercado local está ansioso a la espera de la demanda brasileña. Desde el punto de vista logístico, sería una ventaja que el volumen a embarcar por Up River tenga su pico entre diciembre y marzo, antes del comienzo fuerte de los despachos de cosecha gruesa. Por eso el mercado triguero siguió tan de cerca durante los últimos días todos los rumores respecto de una eventual quita de retenciones a la soja. Si esta medida se hubiese implementado -los rumores fueron desactivados- el volumen comercializado del cereal en el país durante los meses del verano hubiese sido muy pequeño, complicando la posterior salida del cereal.