La
cosecha sigue avanzando en el centro-norte del país y de a poco un
mayor volumen de mercadería comienza a ingresar en las plantas y puertos
de la zona de Rosario, aunque a un ritmo inferior al observado en los
últimos años. Complicaciones climáticas han demorado la trilla en
algunas regiones, al tiempo que la gran expectativa que genera el
recambio gubernamental y la incertidumbre en materia de calidad del
grano -especialmente, el contenido proteico- retrasan las decisiones de
venta.
Los
precios del segmento disponible en Rosario no experimentaron gran
variación durante los últimos días, estabilizándose en torno a $
1.300/ton en condiciones Cámara con descarga inmediata. La molinería
continúa concediendo considerables primas por calidad, llegando a $
1.500/ton con gluten 26 y $ 1.600/ton con gluten 28, en ambos casos con
peso hectolítrico 76kg. El mercado a término sigue mostrando una
empinada pendiente alcista, premiando la entrega diferida con valores
más atractivos. Si a esto se le suma la expectativa de depreciación del
peso frente al dólar, el potencial de incremento del precio doméstico
parece considerable ingresando al año 2016.
Ante
este escenario, luce poco probable que la oferta del cereal se vuelque
con agresividad al mercado, aunque los trabajos de recolección marcarán
la pauta de corto plazo. Las necesidades financieras de los productores
suelen ser un determinante clave del comportamiento comercial de finales
de año, más quedando una extensa superficie de intención para la
campaña gruesa que todavía no ha sido implantada y con costos por
afrontar. Hasta el momento el avance de las ventas de cosecha nueva
llega a menos del 10% de la producción esperada, frente a un 20-25%
habitual para mediados de noviembre.
De
parte de los exportadores la presión compradora es limitada, ya que el
ritmo de concreción de compromisos externos no es ágil por el momento.
La industria molinera de Brasil, típicamente el principal cliente del
trigo argentino, se encuentra focalizada en absorber la oferta doméstica
-fundamentalmente, del estado de Paraná- y adquirir la disponibilidad
que todavía queda de trigo paraguayo, cuyos parámetros de calidad en la
última cosecha han sido más que satisfactorios. Dado que algunos
exportadores locales se encuentran realmente largos en el cereal, los
valores FOB están cayendo y ya se ubican por debajo de u$s 200/ton para
embarques con 12% de proteína.
La
buena noticia en materia de precios es que el saldo exportable de
nuestro país es en cierta forma limitado, lo que evitará un declive
sustancial del mercado. Compradores brasileños recibirán gran parte de
ese volumen y -al igual que este año- es posible que otra parte tenga
destino en mercados africanos. Como la relación stocks/consumo en
Argentina caerá, los precios promedio del año comercial deberían ser
algo mayores que los del último año. Los embarques del ciclo 2015/16
(ciclo diciembre/noviembre) posiblemente rondarán los 5 M tn,
incorporando al sobrante de la nueva cosecha las estimaciones de stock
del año que finaliza. El carry-over del ciclo 2014/15 se estima en 3,9 M
tn y el de la campaña 2015/16 se proyecta preliminarmente en 1,9 M tn.
El
posicionamiento de los precios externos le da competitividad al trigo
argentino. Los valores FOB en el Golfo de México rondan los u$s
205-10/ton, ligeramente por encima de los FOB en puertos argentinos. A
este pequeño diferencial se le agregan unos u$s 5/ton de ahorro en flete
marítimo y más de u$s 25/ton de castigo al cereal norteamericano por
impuestos a la importación (10%) y tasa de marina mercante (25% del
flete). En suma, el ahorro de costos para el importador brasileño es de
entre u$s 40 y 50/ton en la adquisición de trigo de nuestro país, en
gran parte gracias a la protección arancelaria. Este diferencial pesará a
lo largo de los próximos meses, haciendo caer todavía más la
participación de la cuota norteamericana en el mercado brasileño. Esta
última había sido del 59% en 2013/14 y 27% en 2014/15 (campaña
agosto/julio).
El
mercado local está ansioso a la espera de la demanda brasileña. Desde
el punto de vista logístico, sería una ventaja que el volumen a embarcar
por Up River tenga su pico entre diciembre y marzo, antes del comienzo
fuerte de los despachos de cosecha gruesa. Por eso el mercado triguero
siguió tan de cerca durante los últimos días todos los rumores respecto
de una eventual quita de retenciones a la soja. Si esta medida se
hubiese implementado -los rumores fueron desactivados- el volumen
comercializado del cereal en el país durante los meses del verano
hubiese sido muy pequeño, complicando la posterior salida del cereal.