Fitosanitarios. Corralito y Colonia Almada, dos ejemplos detrás de una buena convivencia entre vecinos y agricultores.
"Reemplazar el temor por conocimiento”. Casi como una proclama, esa frase atravesó toda la Jornada sobre Salud y Buenas Prácticas en Aplicación de Fitosanitarios realizada en el Aeroclub de Río Cuarto, convirtiéndose en una suerte de lema para guiar a las autoridades en el desafío de solucionar un problema que se repite con frecuencia en los pueblos del interior: el de los vecinos enfrentados con los productores agropecuarios por las pulverizaciones.
"Reemplazar el temor por conocimiento”. Casi como una proclama, esa frase atravesó toda la Jornada sobre Salud y Buenas Prácticas en Aplicación de Fitosanitarios realizada en el Aeroclub de Río Cuarto, convirtiéndose en una suerte de lema para guiar a las autoridades en el desafío de solucionar un problema que se repite con frecuencia en los pueblos del interior: el de los vecinos enfrentados con los productores agropecuarios por las pulverizaciones.
“Los intendentes son la primer trinchera
cercana a los conflictos. Son los primeros que sufren las quejas. Y
muchos, presionados, se ahogan en un vaso de agua y sancionan ordenanzas
imposibles de cumplir”, evaluó al respecto el ministro de Agricultura
provincial, Julián López, durante el encuentro. Sin embargo, no son
pocos los jefes comunales que están trabajando activamente para eliminar
estas diferencias. Colonia Almada y Corralito son dos ejemplos que
fueron presentados en la jornada.
José María Peralta, mandatario de
Colonia Almada, comentó que, cuando asumió, recibió una carta con 160
firmas quejándose por las aplicaciones de agroquímicos, una cifra
altísima teniendo en cuenta que se trata de una localidad de 700
habitantes. “Lo primero que hicimos fue tomar conocimiento de la Ley
provincial (N° 9164) y contactarnos con la Secretaría de Agricultura. La
estudiamos y definimos como prioridad hacerle conocer los alcances a
los productores con campos que colindan con la zona urbana”, explicó
Peralta a La Voz del Campo.
La primera acción en concreto fue
contratar una asesora fitosanitaria, financiada por los propios
productores, y la compra de una estación meteorológica portátil, para
controlar las aplicaciones. “Un día la asesora fitosanitaria fue a un
campo y suspendió una aplicación cuando todavía no había terminado
porque había cambiado el viento. El productor se quejó en la
Municipalidad, le dijimos que era lo correcto, y se fue a protestar a
los gritos en el bar del pueblo. Fue la mejor propaganda que nos pudo
hacer: la gente se quedó tranquila de que estábamos controlando”, contó
Peralta, que asegura que desde 2011 no volvieron a tener conflictos
sociales.
“Mi consejo a otros intendentes es que dialoguen mucho y que la gente
del pueblo sepa qué están haciendo, para llevarles tranquilidad de que
se está controlando”, completó.
Diálogo y educación. En
Corralito, en tanto, la estrategia seguida por Juan Carlos Scotto fue
de educación, llevando a los colegios charlas sobre el contenido de la
Ley de Agroquímicos, y la conformación de una mesa de diálogo integrada
por productores, centros educativos, ONG y vecinos. “El avance de la
frontera agropecuaria no se puede frenar y tenemos que buscar juntos las
soluciones”, declaró Scotto al respecto.
Una de las alternativas interesantes de
Corralito fue que se armó un equipo de trabajo técnico, integrado por
ingenieros agrónomos, que redactaron una ordenanza -sin la participación
de funcionarios públicos- en la que además de adherir a la Ley
provincial se legislaron cuestiones locales, como el tránsito de la
maquinaria dentro del ejido urbano, la disposición final de los bidones y
la implantación de cortinas forestales en los campos que colindan con
la periferia. Además, se impuso que el sistema de control con asesores
fitosanitarios sea aleatorio, para que el productor no sepa qué
ingeniero fiscalizará su aplicación y de esa manera no pueda haber
sospechas de arreglos particulares. “Pero lo fundamental es impulsar las
buenas prácticas agrícolas y que los productores sepan que si uno hace
las cosas mal, perjudica a todos los demás”, puntualizó Scotto.
Mesa ejemplar. La Mesa
de Buenas Prácticas Agropecuarias de Río Cuarto fue una de las
organizadoras del evento, junto a los ministerios de Agricultura de la
Provincia y la Nación, la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes
(Casafe) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta). Y
también fue un caso de ejemplo sobre cómo lograr una mejor relación con
la comunidad por el tema agroquímicos.
“El sector agropecuario ha sido un muy
mal comunicador”, diagnosticó Malcom Azcurra, coordinador de la Mesa de
BPA, integrada por 14 entidades, entre las que están la Sociedad Rural,
CREA y Aapresid, por ejemplo. Azcurra explicó que la mesa ha realizado
fundamentalmente un trabajo de capacitaciones y charlas en colegios e
instituciones para generar relaciones más productivas y fue quien
remarcó la necesidad de “reemplazar el temor por conocimiento”.
Este diagnóstico también es compartido
por la Provincia. El secretario de Agricultura, Juan Cruz Molina, señaló
que la idea es llevar jornadas como éstas, que fue la tercera en la
provincia y 14° a nivel nacional, a más localidades para que la gente
vea cómo se trabaja a campo. “Somos una red de relaciones y cada uno de
nosotros tiene que generar una red de relaciones”, resumió Molina.
En la faz más práctica, anticipó que
están impulsando que la receta fitosanitaria, que ya se puede gestionar
on line a nivel provincial, también pueda aprobarse de manera inmediata a
nivel municipal.
Y la preocupación por los conflictos
también se aborda a nivel nacional. La directora de Agricultura de la
Nación, Lucrecia Santinoni, adelantó que están iniciando un trabajo
directamente con municipios para escuchar cuáles son las problemáticas
que enfrentan sobre el tema agroquímicos y a partir de allí elaborar un
documento con pautas para sugerirles cómo atenderlas y abordarlas. Este
documento sería similar al que ya tiene disponible la cartera agrícola
nacional con recomendaciones técnicas para aplicaciones de agroquímicos.
Opiniones. Juan C.
Molina (Secretario de Agricultura). “Somos una red de relaciones y cada
uno de nosotros tiene que generar una red de relaciones. Queremos llevar
jornadas como estas a más localidades para que la gente vea cómo se
trabaja realmente en el campo”.
Juan Scotto (Intendente de Corralito).
“El avance de la frontera agropecuaria no se puede frenar y tenemos que
buscar juntos las soluciones. Y los productores deben entender que, si
uno hace las cosas mal, perjudica a todos los demás”.
José Peralta (Intendente de C. Almada).
“Mi consejo a otros intendentes es que se asesoren sobre el contenido de
la ley provincial, dialoguen mucho y que la gente del pueblo sepa qué
están haciendo, para llevarle tranquilidad de que se está controlando”.
Fuente: Agrovoz.