Banco Mundial: no es de esperar que "El Niño" aumente el precio de los granos en la presente campaña Julio Calzada y Cristian Russo
En un artículo editado por el Banco Mundial (BIRF) en su último informe trimestral sobre "Perspectivas de losI mIercados de commodities" (Commodity Markets Outlook- Octubre 2015)
se observa un breve pero interesante análisis sobre las posibles
implicancias que podría tener el fenómeno climático denominado "El Niño"
sobre los mercados de commodities, entre ellos, el granario.
En
el informe se formulan inicialmente tres preguntas: a) ¿Qué es El
Niño?, b) ¿Cómo afecta en realidad el Niño a los mercados de commodities
y materias primas? y c) Si el actual episodio "Niño" -el cual podría
hacerse evidente en los próximos meses- puede llegar a desencadenar un
aumento en los precios mundiales de los productos básicos agrícolas.
En
primer lugar, El Niño es un fenómeno climático que se presenta cuando
en la zona ecuatorial del Océano Pacífico se genera un aumento en la
temperatura de las aguas en una vasta zona marítima. Las altas
temperaturas causan fuertes precipitaciones -superiores a lo normal- en
muchas regiones, especialmente en el Hemisferio Sur. El impacto más
notorio se da en América del Sur, Este y sur de Asia, Australia;
mientras que el impacto en el Hemisferio Norte es más modesto y de menor
intensidad.
Los
episodios de El Niño ocurren -por lo general- cada 2 a 7 años. Por lo
general, se desarrollan durante abril-junio y alcanzan máxima intensidad
durante diciembre-febrero. Por lo general, en América del Sur comienza a
tener efecto a fin de octubre y se extiende hasta abril. A menudo el
fenómeno El Niño es seguido por un fenómeno La Niña, donde bajan las
temperaturas del Océano Pacífico por debajo de niveles normales y se
registran períodos secos. El más fuerte fenómeno Niño se registró a
nivel mundial en los años 1997 y 1998.
El
impacto de El Niño es muy importante en Sudamérica para las
producciones agrícolas. Sin embargo, hay zonas donde su acción es
determinante, mientras que en otras áreas geográficas sus efectos son
poco significativos. Así mismo en algunos cultivos no tiene demasiada
relevancia y en otros sucede todo lo contrario, ya que puede provocar
diferencias muy favorables en los volúmenes de producción. Por ejemplo,
en Argentina, en el cultivo de Trigo -en un año Niño- no se advierten
demasiadas diferencias en los rindes. Pero en soja y maíz, su acción
puede ser determinante en los rindes promedios alcanzados. Es
interesante recordar que El Niño no actúa sólo, o sea para expresarse
necesita acoplarse a fenómenos regionales, que no son pronosticables en
escalas de largo plazo. Por ejemplo, en caso de lluvias, El Niño tiende a
incrementar el volumen y la extensión de los frentes, por el aporte de
humedad extra que proporciona. También es cierto que tiende a aumentar
los problemas de inundaciones y muchas zonas con riesgos hídricos suelen
perder área cultivada, aumentando por un lado las pérdidas pero
generando también (en algunos cultivos) aumentos de volúmenes de
producción muy significativos.
Las principales conclusiones a las que arriba el Banco Mundial en su informe son las siguientes:
a)
El episodio de El Niño que podría evidenciarse en la campaña en curso
podría llegar a ser uno de los más fuertes en el registro histórico
mundial. Se espera que alcance su máximo impacto durante diciembre
2015-febrero 2016, es decir a principios del verano de 2016.
b)
Los recientes pronósticos meteorológicos son coincidentes en que
podrían persistir condiciones secas en América Central y algunas áreas
de Sudamérica, mientras que se esperan mayores precipitaciones pluviales
en Brasil y en el noreste de Argentina, una región clave para la
producción de café, soja, maíz y otros granos.
c)
Hasta el momento, tanto los precios mundiales de los granos como los
valores domésticos nacionales no han experimentado un repunte
importante, incluso en aquellos países que están ante una situación de
riesgo por El Niño. El Banco Mundial tomó una muestra de 22 países de
donde infiere que el precio promedio local del maíz aumentó sólo un 2,1%
desde el primero al segundo trimestre de 2015 y los precios promedios
domésticos del trigo y arroz cambiaron muy poco durante ese mismo
período. En los mercados mundiales, el precio internacional del maíz, el
trigo y el arroz se redujo en un 3%, 9,5% y 7,5%, durante el mismo
período, respectivamente. Incluso las comparaciones de precios entre el
segundo trimestre de 2015 y similar período del 2014, confirma leves
cambios en los precios domésticos en la citada muestra de países.
d)
En opinión del Banco Mundial, el impacto bajista que podría llegar a
tener El Niño sobre los precios de las materias primas podría ser
predominantemente local pero no global; ya que según el BIRF los
mercados globales están actualmente muy bien abastecidos como
consecuencia de las importantes producciones registradas en los últimos
años y los altos stocks finales que se evidenciaron en los últimos
ciclos. Según el BIRF, la relaciones entre existencias (stock final) y
la utilización o uso para el maíz, el trigo y el arroz (un indicador que
marca la abundancia de los suministros respecto de la demanda) están
todos -numéricamente hablando- muy por encima de su promedio en los
últimos 10 años, y en un nivel superior al del ciclo 2006-2007, cuando
se empezó registrar la fuerte alza en los precios de los commodities que
tanto benefició a Argentina.
e)
La entidad considera poco probable que el actual episodio de El Niño
cause un aumento en los precios agrícolas internacionales porque el
impacto sobre los precios en los pasados episodios niños, ha sido muy
limitado y de leve magnitud. El Banco muestra en el informe un gráfico
con la evolución de los precios de los commodities desde 1980 a 2014 que
certifica esta conclusión. En el pasado, los niños no tuvieron un
impacto determinante sobre el precio internacional de los granos.
f)
El banco considera también que el actual episodio de El Niño
difícilmente cause un aumento en los precios agrícolas internacionales
debido a que existe una débil correlación y vínculo entre los precios
locales y los internacionales, especialmente para los pequeños países en
desarrollo. Sostiene que podría tomar mucho tiempo para que cualquier
caso Niño en un país determinado afecte a los mercados mundiales. En tal
sentido indica que la correlación débil entre los precios nacionales y
mundiales ha sido muy bien documentada en la literatura y que, de hecho,
los precios internos son impulsados por una serie de factores
específicos de cada país, incluyendo los patrones climáticos, los
movimientos de divisas, los costos de transporte (desde chacra o fábrica
a puertos), las diferencias de calidad y las políticas comerciales
nacionales.
g)
No obstante, el organismo deja sentada una posibilidad: que El Niño
pueda llegar a afectar gravemente a un gran país productor. Cuando se
habla de grandes naciones productoras, uno automáticamente piensa en
Argentina y Brasil con la soja y el maíz. Pero la experiencia reciente
muestra que los precios subieron fuertemente en los casos de un
escenario Niña como el de la sequía de la campaña 2008/2009 en
Argentina, más que en los años de fuertes lluvias.