El
mercado local de la oleaginosa se despegó de las referencias externas
sobre el final de la semana, desatendiendo las bajas de Chicago en el
marco de todo tipo de conjeturas sobre el rumbo de los próximos meses.
Las plataformas de Rofex y Matba canalizaron gran parte de la actuación
de los especuladores, que concentraron su atención en los futuros con
vencimiento en mayo. Al llegar el viernes los valores negociados en
dicha posición se acercaron a u$s 225/ton, acumulando ganancias del 6% a
lo largo del mes. Dado que este precio se encuentra muy por encima de
la capacidad teórica de pago de los compradores, estimada en unos u$s
205/ton para procesamiento industrial, queda claro que algunos
operadores intentan posicionarse de cara a una eventual reducción en la
alícuota de derechos de exportación.
A
lo largo de la semana las cotizaciones negociadas en el recinto de la
Bolsa encontraron piso en $ 2.200/ton, cifra por debajo de la cual
prácticamente no hay oferta interesada en cerrar negocios. El
corrimiento de los vendedores hacia cifras más elevadas incrementó el
rojo de las fábricas, que en la lucha por no perder participación en el
mercado aumentaron su competencia por los lotes arribados a la plaza. El
precio FAS teórico informado por el Ministerio de Agricultura no superó
los $ 2.100/ton en ninguno de los días de esta semana.
Las
expectativas del mercado internacional son realmente desconcertantes.
Los que hacen apuestas bajistas advierten que los rendimientos de la
cosecha norteamericana son mejores que lo esperado y que la demanda de
harina de soja se encuentra en declive, incluso perdiendo su liderazgo
en la formación del precio. A esto se le suma la llegada de mejores
condiciones climáticas en Brasil, favoreciendo un rápido avance de la
siembra tras el retraso inicial. En el estado de Mato Grosso, el
principal distritos productor, el área cubierta se encuentra en el 20%
del total proyectado para esta campaña, en línea con el avance promedio
de los últimos años.
Del
otro lado, los operadores alcistas enfatizan en el mercado climático
sudamericano y los altos riesgos que conlleva la expectativa de
consolidación de un fenómeno Niño fuerte durante los próximos meses. A
esto se le suma el continuo empuje de la demanda de China, que a lo
largo de los últimos días estuvo comprando insistentemente en el mercado
norteamericano. Los márgenes de procesamiento de la industria en el
gigante asiático son largamente positivos con el poroto a menos de u$s
9/bu, despertando el apetito de las fábricas.
En
el mercado norteamericano los productores han incrementado su ritmo de
ventas con la reciente recuperación del precio, aunque las diferencias
regionales son significativas. Las bases del mercado físico son
sustancialmente más débiles hacia el oeste, en donde los resultados de
la campaña fueron mejores. Hacia el este, en cambio, hay procesadores
que no tienen demasiada materia prima más allá de los 30 días de uso. De
todos modos, la capacidad de pago de los compradores depende en forma
crucial del destino que se le dará a la mercadería, ya que los embarques
por el rio Mississippi hacia el Golfo de México se encuentran
amenazados por la caída en el nivel del rio y el incremento de los
fletes.
Las
operaciones de exportación informadas por el USDA esta semana
permitieron acercar los números a los niveles de otros años, aunque el
retraso sigue siendo significativo. Hasta el momento los exportadores
norteamericanos colocaron 25,4 M tn en el exterior, de las cuales sólo
6,3 m tn fueron efectivamente embarcadas. A la misma altura del año
pasado los compromisos acumulaban 32,8 M tn, es decir, casi un 30% más.
Si bien la cifra debería ir convergiendo a lo largo de la campaña, es
probable que el programa de embarques estadounidense finalice por debajo
del ciclo 2014/15 ante la mayor disponibilidad de saldos exportables en
Argentina y Brasil.
En
nuestro país la actividad de los exportadores se retrajo notablemente
en las últimas semanas, quedando las fábricas como el principal formador
del precio en el mercado. De todos modos, los embarques acumulados
totalizan 10,8 M tn y quedan permisos concedidos para colocar un millón
de toneladas más durante los próximos meses. El Ministerio de
Agricultura estimó en su último informe mensual un volumen de
exportaciones de 11 M tn para toda la campaña, aunque ese número podría
sufrir nuevos ajustes a la suba en función del programa de embarques
para las próximas semanas.
Las
fábricas encuentran crecientes dificultades para originar ante el
actual contexto de incertidumbre económica y política que atraviesa la
Argentina, en el que la soja aparece como un resguardo de valor para los
productores. Es por ello que en los últimos días volvieron a negociarse
contratos pactados en dólares con pesificación futura en fecha a
elección del vendedor y entrega inmediata de la mercadería. Esto permite
a los compradores asegurarse la materia prima necesaria para trabajar y
establecer un precio fijo si se toman las coberturas correspondientes.
En parte por este tipo de operaciones, la llegada de soja a los puertos
sigue ubicándose por encima del nivel observado en el último trimestre
de los últimos años.