Colocan en el mercado interno productos de
segunda marca con descuentos de entre 20% y 50% a comparación con las
marcas líderes.
El
retraso cambiario combinado con un derrumbe del valor internacional de
la leche en polvo hizo inviable el principal negocio exportador de la
industria láctea, y el resultado es un enorme excedente de leche que no
tiene demanda.
En medio de las ofertas, los productores esperan, a esta altura, que un recambio de gobierno pueda darles alguna señal de mejora. El sector no tiene retenciones a las exportaciones, pero la suba de los costos, con algunos de sus insumos en dólares, a la par de la baja de los precios en línea con la demanda, los obligará a pedirle a la nueva gestión la búsqueda de alternativas de incentivo a la producción.
Según
información publicada por el portal Valor Soja, en los últimos meses
las empresas lácteas comenzaron a bajar los precios de la leche pagados a
los productores. Tal como habían adelantado algunas de las principales
lácteas del país más temprano en el año, la situación del precio y la
demanda hizo inviable la situación y, como esperaban, recortaron por el
lado de los precios al tambero, pero además, tuvieron que bajar los
valores de algunos de sus productos.
La
otra cuestión, según Valor Soja, es qué hacer con los excedentes. La
alternativa empleada por muchas industrias del sector es enviar al
mercado interno quesos blandos a precios bajos. La leche, a diferencia
de otros commodities, es un producto perecedero que no puede almacenarse
por extensos períodos de tiempo.El primer paso en esta tendencia para
resolver la cuestión de los stocks lo dio la filial local de Saputo en
junio pasado, al comenzar a colocar el queso cremoso Ricrem a un valor
mayorista inferior a los $ 30 por kilo. Eso permitió a las cadenas de
supermercados ofrecerlo por entonces a $ 69 el kilo en góndola. Desde
entonces, otras empresas lácteas se sumaron a la "guerra de quesos" para
intentar sacarse de encima los excedentes de mercadería.
En
algunas sucursales porteñas de cadena de supermercados de primera línea
es posible conseguir quesos cremosos de segunda marca a precios de $ 65
y $ 76 el kilo, versus un producto de primera marca, que alcanza los $
135 por kilo. En todos los casos, se consideran los precios de los
productos sin contar ofertas circunstanciales del comercio o bancarias,
según El Cronista.
El
fenómeno de la rebaja de los precios para liquidar stock también se
evidencia con el queso mozzarella: el precio del producto de segunda
marca ronda los $ 85 el kilo versus los $ 169 que se paga por un
producto de primera marca.
La grandes cadenas de
supermercados se mantienen al margen de la "guerra de quesos", dado que
la baja de precios al público de tales productos se sustenta
exclusivamente en una baja de los valores mayoristas, indicó Valor Soja.En medio de las ofertas, los productores esperan, a esta altura, que un recambio de gobierno pueda darles alguna señal de mejora. El sector no tiene retenciones a las exportaciones, pero la suba de los costos, con algunos de sus insumos en dólares, a la par de la baja de los precios en línea con la demanda, los obligará a pedirle a la nueva gestión la búsqueda de alternativas de incentivo a la producción.