¿La soja no va a salvar a nadie?; por Manuel Alvarado Ledesma


Estamos recorriendo el Estado de Illinois y viendo cómo avanza la cosecha tanto de soja como de maíz. El tiempo y las condiciones climáticas son excelentes...

Hasta ahora, la industria procesadora de China ha logrado fijar un piso en los valores merced a su sostenida demanda de poroto de soja.
Pero la economía china sigue disminuyendo su ritmo de crecimiento y la producción global se muestra cada vez más voluminosa.


Estamos recorriendo el Estado de Illinois y viendo cómo avanza la cosecha tanto de soja como de maíz. El tiempo y las condiciones climáticas son excelentes. Y los productores de EE.UU., a diferencia de los argentinos, trabajan en un contexto de calma y previsibilidad.


En el último informe de oferta y demanda mensual del USDA estimó la cosecha en un nivel de casi 106 millones de toneladas. Evidentemente, la suba del rinde no es suficiente como para balancear la reducción del área de siembra, por anegamientos que, en nuestra recorrida, vemos con claridad.
Pero tal rebaja no es una panacea. Tan solo un granito de arena en la playa.


Porque Brasil viene con todo. El informe revela una proyección para la producción del año cercana a 100 millones de toneladas. Es nivel máximo histórico! La razón principal de la mejora productiva viene del nuevo tipo de cambio altamente competitivo para las exportaciones del vecino país.


Está bien: nuestro país muestra un cuadro diametralmente opuesto. Sin embargo, la reducción no sería notable en vista de que la producción agrícola se va a concentrar en la soja en desmedro de los otros granos.
Si no hay, en breve un cambio de política económica, la pampa húmeda (y peor las economías regionales) se encaminaría a un regreso a los 60.


Colón descubrió América para el mundo occidental, un día como hoy. Muchos años después, el Gobierno descubrió cómo entrar en el túnel del tiempo para un regreso expeditivo.