La desaceleración china y la crisis brasileña serán los mayores desafíos externos

El nuevo mandatario deberá lidiar con un contexto económico internacional poco auspicioso para la Argentina.

Un panorama económico externo desfavorable signado por la desaceleración china, la crisis en Brasil y la caída de los precios de los commodities y un escenario internacional de transición difusa, componen la compleja realidad externa que deberá afrontar el próximo presidente argentino.
Estados Unidos, que ya no detenta el poder mundial absoluto, pero continúa siendo la primera superpotencia militar, tendrá su atención puesta en cómo salir del atolladero de Medio Oriente sin desatender sus intereses económicos y estratégicos en esa región. En el plano interno, la carrera por la sucesión en la Casa Blanca será el eje de las decisiones y acciones del presidente Barack Obama.
Respecto de América latina, solo Cuba, Brasil y los países miembros de la Alianza del Pacífico ocuparán un lugar de relevancia en los despachos del Foreign Office.
China continuará desempeñando un rol preponderante en el escenario global, aunque su economía ya no crezca a niveles de dos dígitos. De hecho, mantiene el segundo puesto en el ranking de las economías mundiales e implementa una política exterior muy activa con el fin de aumentar sus áreas de poder e influencia.
Europa es el ejemplo más claro de la transición difusa. El continente, que recién se está recuperando de la crisis financiera de 2008, -aunque en diferentes velocidades, en las que Alemania lleva por lejos la delantera-, enfrenta ahora el ingreso a su territorio de cientos de miles de extranjeros que huyen del hambre o de la guerra en Siria. Este fenómeno, de características extraordinarias, está sin dudas transformando el perfil étnico y poblacional europeo, pero todavía no está definido.
En este contexto de cambios, Rusia continuará haciendo todo lo posible para que su lugar entre los líderes mundiales continúe en plena vigencia: la reciente construcción de una base en el Ártico-región altamente estratégica por su cercanía geográfica con Estados Unidos y por sus enormes riquezas todavía inexploradas- , sumado a su acercamiento a Siria, indican que Vladimir Putin está lejos de enfundar su espada.
A nivel regional, la unidad latinoamericana conserva su buena salud, pero los factores que la impulsaron han cambiado. Sólo basta mencionar la reciente recomposición de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos y el hecho de que Venezuela ha perdido ese poder de influencia que le daban sus arcas rebosantes en petrodólares (ver aparte).
En este contexto, si la economía china no repunta con rapidez, tendrá efectos devastadores en la región cuyas exportaciones de commodities están dirigidas, en gran parte, al gigante asiático. En la Argentina tiene un doble efecto, no sólo en lo que atañe a las ventas de soja, sino por las consecuencias que está sufriendo Brasil.
A esta realidad política poco alentadora hay que sumarle la salida de capitales extranjeros en busca de réditos más altos y políticas más estables, para completar un cuadro de alto riesgo.
En el plano del comercio internacional, los cambios se notarán cuando entre en vigencia el área de libre comercio denominada Acuerdo de Asociación Transpacífico, integrado por 11 países cuyas economías significan el 40% del PBI mundial.
La desigual distribución del ingreso, que ha dejado de ser distintiva de los países pobres para afectar a economías ricas como la de Estados Unidos y varios países europeos, ocupará sin dudas un lugar destacado en la agenda global.
El cambio climático, las tecnologías de punta, el narcotráfico y el precio del petróleo también estarán presentes entre los asuntos mundiales relevantes.
El próximo 10 de diciembre se dará la señal de largada para que el nuevo mandatario comience a lidiar con las vicisitudes de un mundo cambiante, multipolar y complejo