Una experta del INTA Castelar confirmó que El Niño marcará el pulso hasta fin de año.
En
las últimas campañas, sobre todo por la influencia del calentamiento
global, el clima se ha vuelto más variable; incluso caótico y complejo
de pronosticar. Es un escenario que ha a incrementado el riesgo
climático asociado a la producción agropecuaria y un factor decisivo que
los productores necesitan aprender a interpretar mejor para tomar
decisiones en los lotes.
“En
este contexto de alta variabilidad climática, es fundamental que los
productores y sus asesores hagan un monitoreo constante de los datos y
las tendencias climáticas, y que se acostumbren a trabajar junto a
meteorólogos en equipos interdisciplinarios”, recomendó Natalia
Gattinoni, licenciada en Ciencias de la Atmósfera y experta del
Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, que esta semana habló con
Clarín Rural antes de disertar en la Bolsa de Comercio de Santa Fe
(BCSF).
Es un camino que tiene
enormes posibilidades porque se está sumando mucha tecnología para
seguir el “minuto a minuto” del clima con “apps” en el celular y en las
pantallas de la nueva generación de maquinaria agrícola, que puede
relacionar variables climáticas con datos agronómicos del lote.
“Es
un área que va a crecer mucho. Pero el desafío es aprender a
interpretar la información meteorológica y también mejorar la forma en
que la presentamos en las páginas webs o en las “apps” para que puedan
utilizarla los productores en su proceso para tomar decisiones. Por eso
es central trabajar en equipo”, insistió la experta del INTA Castelar.
Pero
para entender lo que viene, también hay que conocer bien lo que pasó
antes. En este contexto de fuerte variabilidad, Gattinoni contó que se
pueden utilizar las series de datos climáticos de una región, que en
algunos casos tienen más de 100 años, para relacionarlos con las
tendencias climáticas que se pronostican y así enfocar mejor las
proyecciones que se hacen para un trimestre. “Estamos trabajando,
también, para hacer más accesibles este tipo de datos”, contó.
En
relación con el clima para el comienzo de la campaña gruesa, la
especialista destacó que hay un consenso prácticamente unánime -“lo que
no siempre sucede”- en que estará marcado por el fenómeno de El Niño.
“No
quiero ser alarmista ni calificarlo de catastrófico. Lo que se sabe es
que el fenómeno está bien definido y que implica lluvias por encima de
las normales en el Litoral y la zona núcleo. Pero hay forzantes
regionales, propias del Hemisferio Sur, que pueden acentuar su impacto o
amortiguarlo”, explicó.
Gattinoni
recordó que para considerar un año Niño, la temperatura en la superficie
del Océano Pacífico ecuatorial debe ser superior a 0,5° respecto de la
media histórica y en este momento esa anomalía es de más de 2°, un
registro típico de Niños fuertes.
“A
pesar de esta tendencia, que marca un mayor riesgo de lluvias intensas,
es difícil predecir exactamente cómo y dónde va a llover, ya que cada
fenómeno de El Niño es distinto, tiene características propias e
interactúa con los factores climáticos regionales de forma diferente”,
concluyó la especialista.