El
cereal reafirmó su recuperación en los mercados externos a lo largo de
la semana, con subas del 4,4% en los futuros con vencimiento en
diciembre en Chicago. Por momentos, los precios alcanzaron su nivel más
elevado del último mes. Finalizada la presión bajista por el avance de
la trilla en el hemisferio norte, la atención de los traders comenzó a
focalizarse en las perspectivas productivas del hemisferio sur y de cara
a la siembra de invierno del ciclo 2016/17. Sin embargo, la
revalorización del dólar frente al resto de las monedas condicionó el
potencial de suba.
En
Estados Unidos el USDA reportó un avance de la implantación del 19%
hasta el último domingo, mientras que en Rusia y Ucrania distintas
fuentes estiman un progreso del 56 y 26% en la siembra fina,
respectivamente. Sin embargo, en la zona del Mar Negro el tramo final
del verano resultó más seco de lo normal y los suelos necesitan de mayor
humedad para terminar los trabajos. De hecho, diversos analistas
comenzaron a anticipar de pérdidas respecto del área de intención
original, mientras que otros son cautos argumentando que el año pasado
el comienzo de la campaña se había presentado con la misma preocupación.
En
tanto, el clima seco en Australia continúa limitando las posibilidades
de alcanzar el nivel de producción inicialmente esperado, aunque gran
parte de la superficie implantada ha logrado eludir el impacto de
heladas durante el período de maduración de los cultivos. Esto hace
pensar en trigos de buena calidad que podrían superar las previsiones de
exportación, dominando buena parte del mercado asiático. En el sur de
Brasil, en cambio, parte de la superficie triguera ha quedado
comprometida por las heladas ocurridas hace dos semanas, aunque la
magnitud del deterioro es todavía incierta. En Paraná la cosecha muestra
un avance cercano al 50% del total, mientras que en Rio Grande do Sul
todavía faltan varias semanas para el comienzo de los trabajos.
En
nuestro país el panorama es diverso. Al sudoeste de Buenos Aires la
condición del trigo va de buena a muy buena, mientras que en el centro y
noroeste de esa provincia los anegamientos y la saturación de agua se
han convertido en una amenaza que podría generar pérdidas de superficie
de entre el 10 y el 30% a nivel regional. En el sudeste el clima seco y
ventoso a favorecido una recuperación de los cultivos, resultando en
mejores perspectivas a cosecha. En algunos casos las temperaturas más
altas de lo normal han acelerado el crecimiento vegetativo de las
plantas.
La
situación se muestra algo más complicada en Córdoba. Hacia el sur el
Ministerio de Agricultura ha detectado la aparición de hongos debido al
clima excesivamente húmedo, lo que también ha generado déficits de
nitrógeno. Contrariamente, en el centro-este los cultivos se acercan a
su fase de espigazón mostrándose necesitados de agua. En general, el
panorama productivo se muestra incierto y las condiciones climáticas de
las próximas semanas serán cruciales para determinar el potencial de
cosecha, de por sí disminuido por la caída en la superficie implantada.
Los
precios a cosecha no parecen reflejar enteramente el nerviosismo de los
participantes del mercado, aunque han comenzado a insinuar una
tendencia alcista en los últimos días. Los futuros con vencimiento en
enero del Mercado a Término de Buenos Aires alcanzaron máximos de varios
meses y en el recinto de operaciones de la Bolsa de Rosario el interés
de los exportadores por cerrar negocios comenzó a aumentar, pese a que
aún no hay certezas sobre cómo se administrará la política comercial de
la nueva campaña. Si bien se escuchan ofrecimientos puntuales por trigo
Cámara, el grueso de los compradores focaliza su originación en lotes
con requerimientos de proteína por encima del 10,5% o algo menos en la
zona de Quequén. Los exportadores están notablemente largos en este
producto y no correrán riesgos saliendo a adquirir volúmenes
considerables.
Un
recambio gubernamental podría significar nuevas alícuotas de derechos
de exportación o una eventual revisión de los mecanismos de ROE Verde,
generando un escenario de mercado completamente diferente al actual.
Ante este escenario, es normal que tanto la oferta como la demanda se
muestren retraídas y con poco interés por pactar operaciones. Según el
último reporte semanal de la Dirección de Mercados Agrícolas, los
exportadores han declarado compras acumuladas de trigo nuevo por algo
más de 230 mil toneladas, alrededor de la tercera parte del volumen que
tenían comprometido a la misma altura del año pasado.