Se complica Brasil y bajan precios de commodities

La caída en el nivel de actividad de la economía brasileña, acota las chances de éxito del ajuste fiscal, en un contexto donde cae la imagen del gobierno.
Fuente: Chimango
El mundo en los próximos años no jugará a favor de Argentina coinciden la mayoría de los economistas. Entre los puntos negativos para la región, y en particular para Argentina, está la situación de Brasil, país para el que no hay buenos pronósticos, al menos según resulta de un informe dado a conocer el viernes por la consultora de Miguel Bein, principal referente económico del candidato oficial Daniel Scioli.
En el trabajo se sostiene que la suba abrupta en la tasa de interés en el país vecino para intentar moderar la salida de capitales (pasó de 7,25% en marzo de 2013 al 14,25% actual) agudiza el desequilibrio fiscal. Así, la carga de intereses de la deuda pasó del 4,7% del PIB en julio de 2014 a 7,9%% del PIB en julio de 2015.
Por otra parte, la caída en el nivel de actividad de la economía brasileña, al reducir gastos, "acota las chances de éxito del ajuste fiscal, en un contexto donde cae la imagen del gobierno y se pone en duda la propia gobernabilidad".
De hecho, señala, que "a pesar de los ajustes anunciados, el balance fiscal primario pasó de un superávit de 1,1% del PBI en julio de 2014 a un déficit de 0,9% en julio de 2015, lejos del 1,1% de superávit comprometido en las medidas anunciadas a principios de año".
Otro de los problemas negativos para Argentina será la suba en la tasa de interés en los Estados Unidos (la mayoría de los analistas cree que se concretará en la próxima reunión de la FED el 17 de septiembre o en lo que resta del año). Esta decisión impactará sobre los precios de las materias primas por diversas causas, según advierte el banco de inversión Merrill Lynch. Como primer efecto, la suba en las tasas probablemente fortalecerá el valor del dólar e impactará, en consecuencia, a la baja los precios de las commodities en el corto plazo.
Y un segundo efecto clave es que reducirá la capacidad de fondeo en el sector de las materias primas, una circunstancia que daría menos soporte a los precios el año que viene.
En este orden, Merrill también redujo sus previsiones para el precio del petróleo. Las últimas estimaciones ubican el barril de Brent en 55 dólares para el año próximo y 2017, seis dólares menos que el anterior pronóstico.
El tema importa particularmente para la Argentina ya que precios sostenidos en el crudo son necesarios para hacer rentables yacimientos no convencionales como Vaca Muerta. La buena noticia es que, según el informe, hay razones para pensar que el precio del petróleo se recuperará y se estima que hacia 2018 el valor del crudo se ubicará en 80 dólares por barril.
Inversión
Todos los candidatos con mayores posibilidades de ocupar la Presidencia han señalado su intención de convocar a la inversión extranjera. Argentina tiene en ese sentido amplias posibilidades, ya que el mundo dispone de abundantes capitales y en la última década el país recibió menos de uno de cada diez dólares que captó Latinoamérica en inversión extranjera directa, según consigna en un su último informe Management & Fit.
Por otra parte, las inversiones deberán cubrir parte de las divisas que el país necesita, ante el deterioro de la situación internacional. Al respecto, Merrill Lynch considera que los precios de las materias primas volverían a bajar como consecuencia de la suba prevista en la tasa de interés en Estados Unidos y Brasil - el principal socio comercial de la Argentina - que sufre las inconsistencias de su ajuste fiscal como "un perro que se muerde la cola", según el último informe del Estudio Bein.
En los últimos meses, la posibilidad de conseguir divisas vía comercio exterior se redujo considerablemente. La transición de China hacia una economía menos regulada y basada en el consumo interno junto con la continuidad de los problemas europeos y su incidencia sobre el resto del mundo, implican una débil demanda para las exportaciones argentinas.
Más aún, la recesión por la que atraviesa la economía brasileña golpea de manera directa, particularmente a las ventas externas de bienes manufacturados, ya que el mayor socio del Mercosur es el principal destino de este tipo de exportaciones. A ello que las monedas del mundo se deprecian: en el último año Colombia depreció en promedio casi 60%, Brasil 55%, México 25% y Uruguay 20%.
Con todo, el mundo dispone de una enorme masa de capitales para invertir, ya que se calcula que los flujos de inversión extranjera totalizaron 1,27 billones de dólares en 2014. América Latina recibió, en promedio, 167.000 millones de dólares anuales en el último lustro, pero a la Argentina sólo ingresaron cerca de 11.000 millones de dólares. Según Management & Fit, los controles impuestos desde 2011 desalentaron nuevos aportes de capital y las fusiones y adquisiciones, al punto tal que las firmas extranjeras que hoy invierten en el país lo hacen a través de utilidades retenidas.
Servicios
A diferencia del resto de la región, los servicios son el principal destino de las inversiones en el país. Este sector, que incluye generación de electricidad, transporte, infraestructura, telecomunicaciones, turismo, servicios financieros y empresariales, representa más del 60% de los fondos que ingresan al país. En segundo plano figuran las inversiones en el sector manufacturero (alrededor del 33%), las cuales apuntan tanto al mercado interno como externo, focalizándose en el bloque automotriz y la agroindustria.
La inversión en el sector de recursos naturales (cerca del 6%), es importante a nivel regional (25% del total de la inversión directa), pero ha sido escasa hasta ahora en el caso argentino.
Sin embargo, a futuro existen interesantes oportunidades, como los proyectos mineros de Los Azules (3.900 millones de dólares), Navidad (760 millones de dólares), Cerro Moro (450 millones de dólares) y el petrolero de Vaca Muerta para el que se necesitan decenas de miles de millones de dólares. A
l margen para incrementar la inversión extranjera en el país es amplio. Si la Argentina lograse recibir fondos de acuerdo al promedio de la región, esto implicaría una inyección extra superior a 5.000 millones de dólares por año.