Pocos negocios de trigo en la plaza local con magros valores a nivel externo. Nicolás Ferrer

El desgano evidenciado en la operatoria de trigo a sólo un trimestre del principio de una nueva cosecha fina puede interpretarse de diversas maneras que permiten apreciar la situación de la cadena productiva y comercial. De acuerdo a datos oficiales, a principios del corriente mes la exportación habría adquirido sólo algo más de 200 mil toneladas del nuevo cereal, su nivel más bajo de compras declarado para esta altura del año desde el preludio de la campaña 2012/13, la cual apenas había logrado superar los 8 millones de tn producidas de acuerdo al Ministerio de Agricultura.
La retracción de la oferta obedece tanto a precios que distan de ser atractivos como a una gran incertidumbre que rodea a la política comercial del próximo año, con posibilidad de que nuevas reglas de juego cambien significativamente la ecuación del productor. Este sería el caso, por ejemplo, de un deslizamiento más pronunciado del tipo de cambio o una revisión a los sistemas de cupificación de exportaciones que tanta fricción han introducido en la operatoria durante los últimos años. Las cotizaciones del mercado a término son elocuentes al respecto, ya que combinando futuros agrícolas y financieros es posible negociar el cereal a marzo de 2016 por encima de $ 1.500/ton, frente a $ 1.000/ton que cotiza en la actualidad. Es el 50% por seis meses de entrega diferida.
Ante este estructura ascendente del mercado, se refuerzan las expectativas de un cierre de campaña con holgada disponibilidad de oferta para el próximo año. Sin embargo, el gran interrogante es la calidad comercial y la aptitud industrial de esos inventarios. Los niveles de proteína de la última cosecha estuvieron bien por debajo de lo inicialmente esperado y las condiciones climáticas se presentan como una verdadera amenaza de cara al ciclo 2015/16.
A lo largo de la semana los negocios fueron pocos y la demanda se focaliza principalmente hacia mercadería con requerimientos de calidad hoy difíciles de encontrar. Los premios que pagan los molinos siguen un 25-30% por encima de los valores del trigo Cámara, aunque la disparidad regional es importante. La situación de abastecimiento de la industria es relativamente cómoda, quizás promediando algo más de un mes de consumo con niveles de molienda que de a poco tienden a la baja.
Una de las noticias de la semana fue la creación del "Registro de demanda de trigo disponible para su comercialización", en el marco de las idas y vueltas en torno a la búsqueda de una salida comercial para el trigo baja proteína que se almacena en campos y acopios de la provincia de La Pampa y sur de Buenos Aires. El stock en juego son unas 400.000 toneladas, aunque fuentes del sector aclaran que una cantidad similar todavía permanece en etapa primaria y espera cambios más contundentes para salir a encontrar comprador. Posiblemente, los destinos de ese trigo puedan encontrarse en mercados africanos, ya que los molinos de Brasil tienen mayores exigencias de calidad y el inicio de la cosecha en el estado de Paraná retrae la actividad importadora.
La atención de los participantes del circuito comercial parece concentrarse en la condición de los cultivos y las perspectivas de cosecha. El USDA redujo la estimación de superficie argentina en su último reporte mensual, llegando a una cifra de producción de 11 M tn. Sin embargo, fuentes locales se posicionan de cara a una expectativa de cosecha de un dígito, advirtiendo que la superficie implantada es menor a la estimada y los niveles de tecnología aplicados no permitirán obtener los rindes normales de tendencia.

En el extremo sur de la provincia de Buenos Aires las condiciones de los últimos días han sido mayormente favorables para el cereal, mientras que lluvias intensas en el sur de Santa Fe y la provincia de Entre Ríos han recargado la capa superficial del suelo. Los trigos se encuentran finalizando su etapa de macollaje y prontos a comenzar la encañazón. Las bajas temperaturas de los últimos días brindan cierto alivio, aunque de cumplirse las previsiones de lluvias para octubre y noviembre el escenario de oferta para 2016 se podría complicar.