La soja repuntó fuerte sobre el cierre de la semana Guillermo Rossi

La plaza local de comercialización de la oleaginosa fue acumulando crecientes volúmenes de oferta sin colocar a lo largo de la semana, hasta que en la rueda del viernes una fuerte suba de los mercados externos motorizó la realización de un considerable flujo de negocios. La recuperación de la demanda en Estados Unidos le dio impulso a la operatoria, favoreciendo las posibilidades de originación de las fábricas locales, aunque los márgenes de procesamiento se mantuvieron en el terreno negativo. Dentro del complejo, el aceite se mostró sin dudas más firme que la harina.
El ritmo de trabajo de las plantas de la zona de Rosario continúa por encima de los registros de los últimos años. La molienda nacional de soja en agosto totalizó 4,25 M tn, marcando un nuevo récord para ese mes. El procesamiento acumulado en los primeros cinco meses de la campaña llegó a 21,4 M tn, ubicándose 1,3 M tn por encima del mismo período del año pasado. En gran medida esto fue posible gracias al mayor volumen de materia prima adquirido por la industria. El registro hasta mediados de septiembre es de 26,6 M tn de soja comercializada frente a 23,4 M tn a la misma altura del año 2014. Sin embargo, si dicho avance se evalúa en forma porcentual, el volumen ingresado al circuito muestra un pequeño retraso respecto del 75% usual para esta altura del año.
Las posibilidades de retrasar ventas para los productores, alternativa que gana atractivo con el escenario de gran inestabilidad macro que atraviesa el país, se ve limitada por la necesidad de obtener fondos líquidos ante las restricciones crediticias que se advierten para la siembra del cultivo. Esto es particularmente preocupante para los productores de escala pequeña a mediana en campos arrendados, cuya posición financiera es más débil que con predominio de explotaciones propias. De todos modos, los planes para la campaña 2015/16 apuntan a repetir -o quizás disminuir pero muy levemente- la superficie del último año, en el marco de condiciones climáticas que lucen realmente favorables en toda la zona central del país.
Donde se ha visto un gran repunte en los niveles de ventas de productores es en Brasil, en el marco de un fuerte deslizamiento de la cotización del real frente al dólar hasta superar la marca de los R$ 4 = u$s 1. El interés por cerrar precios se focalizó principalmente en el segmento de cosecha nueva, donde las operaciones se pactan en reales, en su gran mayoría con pago contra entrega. Con la expectativa de lograr a nivel nacional una cosecha superior a 100 M tn, en algunos estados el ritmo de ventas ya se ubica entre el 40 y 50% de las proyecciones de producción regional. Más aún, algunos traders estimaron durante los últimos días un ritmo de ventas forward con picos de hasta 800.000-900.000 tn por día en ese país.
En este contexto, las bases del mercado FOB brasileño se han debilitado ligeramente, reforzando la competitividad de este origen frente al norteamericano. De todos modos, las buenas condiciones climáticas para la cosecha en Estados Unidos están permitiendo la rápida llegada del grano al circuito comercial, generando posibilidades de negocio para la exportación. De hecho, en reuniones diplomáticas en el estado de Iowa, compradores chinos firmaron el jueves compromisos de importación por un total de 13,18 M tn de soja norteamericana a cumplirse durante la campaña actual, más un pequeño volumen para el ciclo 2016/17.
Si la tendencia externa logra revertirse por un tiempo relativamente prolongado, el mercado local recuperará la fluidez perdida durante las próximas semanas, ya que el caudal de oferta que está al aguardo de mejores precios es verdaderamente significativo. Se estima que el stock físico del grano que permanece en etapa primaria ronda las 25 millones de toneladas, pero menos de un tercio de ese total quedaría como inventario remanente para el próximo año. Para que se cumpla esta proyección en el próximo semestre deberán venderse en promedio unas 2,5-3 millones de toneladas mensuales de la cosecha actual, independientemente de cómo avance la fijación de precios para la campaña 2015/16.
Hasta el momento, la comercialización de soja nueva es muy marginal, con menos de un millón de toneladas pactadas, casi todo bajo la condición a fijar precio. Si a lo largo de los últimos meses del año no se acelera el ritmo de negocios, el mercado hacia 2016 corre serios riesgos de saturación. Es que de concretarse en 2015/16 una cosecha como la obtenida en el último año, aparecería un riesgo sistémico en el hecho de que la oferta se volcaría agresivamente en poco tiempo en la búsqueda de precios, deprimiendo el mercado.