Se muestra la
proyección de resultados para el
Norte de Buenos Aires y Sur de Santa Fe,
sobre la base de los precios proyectados a cosecha 2016 para trigo y
granos gruesos. Se presentan cifras para administración en
campo propio y bajo la
forma de arrendamiento.
Una serie de factores determinan que la línea del cuadro que indica el
resultado neto proyectado muestre quebranto para todos los cultivos en todos los rangos de rinde.
Todo es quebranto.
El avance de la
cosecha en EE.UU. muestra buenos rindes en un contexto de
stocks mundiales holgados para los granos, lo cual consolida un escenario bajista.
Los bajos precios internacionales se
ajustan a la baja para el productor local ante el recorte de las retenciones con tasas del 35% sobre el precio FOB en soja, 23% en trigo y 20% en maíz. Los precios
disponibles del trigo y el maíz cargan con otro ajuste derivado de la política vigente de cupos a la exportación, que genera
saldos excedentes de estos cereales que no pueden ser consumidos ni procesados en el mercado interno. La demanda interna
deja de competir con la exportación, y ambos compran el grano a precios que están muy por debajo del FAS teórico, y a cuentagotas.
La ecuación de quebranto se termina de configurar con un tipo de
cambio muy rezagado y costos altísimos en dólares en términos históricos
para laboreos, cosecha, fletes, servicios, gastos indirectos, además de
una altísima presión impositiva.
Rindes de indiferencia
Campo propio
Para siembras en
campo propio por administración, los
rindes de indiferencia necesarios para cubrir el total de costos son de:
- 54 qq/ha en trigo
- 27 qq/ha en soja de 2ª sembrada sobre trigo
- 109 qq/ha en maíz
- 42 qq/ha en soja de 1ª
Campo arrendado
En
campo arrendado el rinde de indiferencia para cubrir costos totales es de:
- 51 qq/ha en trigo
- 26 qq/ha en soja de 2ª
- 100 qq/ha en maíz
- 41 qq/ha en soja de 1ª
Difíciles de lograr como promedio zonal
Es poco lo que puede hacer el
productor para bajar costos,
como sembrar con semilla propia en soja, vender con flete directo a
puerto, cosechar en lo posible sin humedad excedente en el grano,
negociar la tarifa de trilla. Con estos ajustes podría generar ahorros
del
orden de 2 qq/ha soja, con lo cual el rinde de
indiferencia bajaría a 40 qq/ha en campo propio o 39 qq/ha en campo
arrendado (para los precios y costos que se muestran en el cuadro). Se
trata de
rindes de indiferencia (para salir hecho) que siguen siendo difíciles de lograr como promedio zonal en años normales.
El pronóstico de una
campaña signada por el
evento del Niño,
que traerá precipitaciones superiores al promedio, seguramente ayudará a
la evolución de los cultivos; pero el clima no hace milagros. Los
factores locales, como los
derechos de exportación y los cupos de exportación
deben ser eliminados para que el agro -no sólo los cultivos- logren
salir del quebranto y conseguir que la agricultura vuelva a ser
viable y sustentable.