Doble desmantelamiento: los ingresos generados por la exportación de soja no alcanzan para cubrir el déficit energético argentino


Datos oficiales del Indec
Fuente: valor soja
 Buena noticia: en lo que va de 2015 se redujo el déficit energético argentino gracias al derrumbe del valor internacional de los hidrocarburos. No tan buena noticia: para financiar dicho déficit se requirió un volumen de divisas equivalente a las exportaciones totales de poroto de soja (3425 M/u$s).
En los primeros ocho meses de 2015 las importaciones argentinas de combustibles y energía requirieron 5077 millones de dólares contra exportaciones por 1544 millones, según datos oficiales difundidos por el Indec.

Es decir: el saldo energético reconocido por el gobierno nacional en enero-agosto de este año experimentó un déficit de 3533 millones de dólares (producto del desmantelamiento de la matriz energética registrado en la última década).

En los primeros ocho meses de 2014 –siempre según los datos del Indec intervenido por la gestión kirchnerista– el saldo energético había registrado un déficit de 5219 millones de dólares (con importaciones por 8854 M/u$s y exportaciones por 3635 M/u$s).

El sector agroindustrial argentino –que hasta 2013 era el encargado de generar los dólares adicionales necesarios para pagar la cuenta energética– a partir del año pasado comenzó a mostrar señales de fatiga debido a la menor producción generada por los desincentivos oficiales (intervención comercial arbitraria + altísima presión tributaria). Y este año, con los menores precios FOB de los commodities agrícolas, ya no puede hacerse cargo de esa carga.

Con una adecuada política agroindustrial la historia podría haber sido –seguramente– diferente: muchas actividades actualmente fabrican un escaso volumen de divisas luego de ser aniquiladas (gratuitamente) por la gestión kirchnerista (el ejemplo más patético es el de los salmones chilenos con exportaciones que más que triplican las ventas externas de cortes bovinos argentinos).

El resultado de ese doble desmantelamiento –energético y agroindustrial– es que ya no alcanzan las divisas para todos. En el actual contexto la única manera de “generar” los dólares necesarios para cubrir el déficit energético es restringir las autorizaciones de compras de dólares al tipo de cambio oficial destinadas a importaciones (DJAI). Los sectores más comprometidos en ese escenario son las industrias ensambladoras de partes importadas (electrodomésticos, artículos digitales, celulares, automóviles, etcétera).