La caída en los envíos al extranjero achica el superávit comercial y
reduce la disponibilidad de dólares para las importaciones.
Representantes de ese sector dijeron que las demoras en las
autorizaciones de las compras complica el cumplimiento de los
compromisos asumidos y que en consecuencia los proveedores
internacionales exigen plazos de pago más cortos.
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