El
mercado de la oleaginosa ingresó en un período de fuerte presión
estacional, ante el inminente comienzo de la trilla en Estados Unidos y
de cara a las decisiones de siembra en Argentina y Brasil, que en ambos
casos se encaminan a repetir –o quizás superar- los volúmenes de
producción obtenidos en el ciclo 2014/15. Los futuros de Chicago con
vencimiento en noviembre cayeron en seis de los últimos siete años
durante el mes septiembre. La gran incógnita es en qué momento este
contrato tocará mínimos para dar lugar a una recuperación. Las últimas
dos veces que la campaña norteamericana comenzó con récord de oferta
-como sucederá nuevamente este año- los precios frenaron su tendencia
bajista en septiembre, aunque en las tres anteriores el rebote había
llegado en octubre.
La
mejora de las condiciones climáticas a partir de julio en la zona este
del área agrícola norteamericana permitió frenar el deterioro que
sufrieron los cultivos en el tramo inicial de la campaña. Un buen pasaje
por el período crítico potenció las expectativas de rinde, aunque las
altas temperaturas de los últimos días hacen temer una acelerada
maduración del grano. De todos modos, tanto el USDA como los privados
avizoran un rendimiento promedio superior a 31 qq/ha, que permitirá
obtener una cosecha de entre 105 y 107 M tn, largamente superior a las
proyecciones de consumo. El organismo oficial actualizará sus números el
próximo viernes.
La
recuperación de la demanda es visible, pero insuficiente para generar
un cambio de expectativas. Los compromisos de exportación de Estados
Unidos para 2015/16 marcaron un récord de casi 1,5 M tn durante la
semana pasada, que se suman a las nuevas operaciones que informó el USDA
durante los últimos días. Sin embargo, el volumen acumulado de ventas
externas se mantiene más de un 20% por debajo del promedio de los
últimos cinco años hacia finales de agosto. Esto significa que la
producción que queda tras deducir el volumen ya exportado, en otras
palabras, lo que estará disponible en forma genuina al cosecharse,
llegará a un nuevo máximo en la campaña 2015/16.
Esta
situación impactará en el mercado si entra en juego el componente
logístico, dado que la capacidad de transporte y almacenaje disponible
es menor que el año pasado por el mayor stock inicial. Además, este año
el productor debe vender un mayor volumen de granos para cubrir el
financiamiento de su campaña, debido a que los precios son más bajos. Si
bien es difícil anticipar la estrategia comercial que se adoptará en el
interior norteamericano, la curva de vencimiento de futuros en Chicago
concede mayor potencial de recuperación al precio del maíz que a la
soja, sugiriendo la conveniencia de vender primero la oleaginosa y
aguardar una recuperación del cereal. Si se aceleran las ventas en las
próximas semanas la presión bajista sobre los precios FOB en el Golfo de
México se hará sentir.
A
nivel local el resultado es precios en baja, anticipando una mayor
competencia del origen estadounidense durante los meses venideros. Los
exportadores locales reducirán su participación en la operatoria durante
el segundo semestre de la campaña, mientras que las fábricas sufrirán
un mayor deterioro de sus márgenes. Sobre el final de la semana los
valores negociados en el mercado se ubicaban unos u$s 10/ton por encima
del punto de equilibrio de la industria.
Durante
los últimos días la actividad de la plaza se recuperó notablemente tras
el cese de comercialización propuesto por las entidades. En las ruedas
del lunes y martes varios compradores contaban con decenas de miles de
toneladas que buscaban cambiar de manos. Además del repunte en el
volumen negociado, la actividad logística también se expandió. El
ingreso de camiones a las terminales de la zona de Rosario alcanzó
máximos de dos meses entre el jueves y viernes, en el marco de un
holgado programa de embarques y retrasos en las entregas durante la
semana pasada. En las próximas dos semanas los puertos del Up River
concretarán un programa de embarques que en el complejo soja asciende a
534.500 t de porotos, 443.362 t de aceites y 1,9 M tn de harinas.
Esto
sugiere que la demanda externa sigue firme, aunque el mercado
internacional presiona los valores a la baja. Durante el mes de julio el
crushing total en nuestro país marcó un récord de 4,75 millones de
toneladas, superando el último antecedente de mayo del año pasado.
Semejante agenda de trabajo de las plantas coincidió con un agitado
ritmo en los puertos para embarcar el poroto, superando las dos millones
de toneladas mensuales entre mayo, junio y julio. Esto no sucedía en
meses consecutivos desde el período abril-junio del año 2010. Entre
junio y julio el volumen total absorbido por las fábricas y exportadores
llegó nada menos que a 14 M tn, es decir, casi la cuarta parte de la
cosecha.
Si
bien los usuarios finales han logrado originar un volumen
sustancialmente mayor al que tenían a la misma altura del año pasado,
queda en etapa primaria una cantidad récord esperando mejores
condiciones de mercado para volcarse a comercialización. Se trata de
unas 20 millones de toneladas de la última cosecha, a las que podrían
sumarse los stocks iniciales. De todos modos, hay que deducir de la
oferta total algo más de un millón de toneladas que se reserva como
semillas y las más de dos millones que utilizan conjuntamente las
industrias de balanceados, extrusados y la producción animal en forma
directa.
Posiblemente,
la gran incertidumbre política que se respira por el recambio
gubernamental y las crecientes expectativas de devaluación sean un
factor de retracción de la oferta a corto plazo, que se suma al alto
riesgo climático que se percibe para la nueva cosecha. Esto hace que el
productor adopte una conducta poco propicia a tomar riesgos, buscando
defenderse con los remanentes de la última cosecha como resguardo contra
la inflación. Esta situación se refuerza al no detectarse un inverso de
precios tan significativo en las posiciones de cosecha nueva que se
negocian en los mercados a término. De hecho, operando futuros agrícolas
y financieros en Rofex se le puede poner a la soja con entrega en mayo
un precio de $ 2.330/ton, cifra 10% superior a los valores del mercado
disponible en la actualidad.