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Con la soja y los cereales, se avizoran horizontes favorables. Manuel Alvarado Ledesma
Dentro de todo, el mes de septiembre -hasta el momento- no ha sido malo.
En este período, Chicago ha mostrado mejoras en los precios no sólo de la
soja sino también del maíz y del trigo.
El reporte mensual del USDA, publicado el 11 pasado, vino a tonificar la
tendencia.
Allí se advierte que el stock final del ciclo 2014/15 está por debajo de lo
esperado. Además se espera que tenga mayores ajustes a la baja, una vez
conocidos los números definitivos de exportación.
El informe ha contribuido al sostenimiento de los precios de los granos,
básicamente, porque muestra un menor optimismo respecto a la dimensión récord de
la cosecha de maíz en EE.UU.
De esta forma se han cortado las expectativas demasiado favorables respecto a
la oferta de todos los granos.
Obviamente, las previsiones sobre una abundante oferta siguen en pie, pero al
menos no en la magnitud que se venía configurando.
La pregunta ahora es cómo evolucionará la demanda.
Vale acá una reflexión. Es cierto que la demanda en general tiende a decaer.
Pero hay commodities y commodities.
Una cosa son los minerales y otra, los vegetales. Y todo indica que estos
últimos no deberían ser tan afectados como los primeros. En definitiva, los
alimentos están en el primer lugar de la escala de consumos.
Basta mirar el comportamiento de la creciente clase media mundial,
fundamentalmente de Asia, donde el consumo de proteínas animales no deja de
aumentar. Vale recordar que los granos son insumos de la industria cárnica, por
lo tanto mayor debería ser la demanda y, a su vez, los fletes más accesibles
ayudarán a potenciarla. En definitiva, flete de menor valor equivale a una mayor
tendencia a importar.
Así las cosas, los requerimientos de harinas de soja y de cereales no
deberían ceder. Por el contrario, más bien deberían aumentar. Los compromisos
externos son de 50,6 millones de toneladas durante el último año. Y los
embarques, realmente efectuados, llegan a casi 50 millones. Falta mercadería. El
país deberá recurrir a la nueva producción.
Con este cuadro, no debería sorprendernos que de un momento a otro los fondos
ingresen con ímpetu y, por lo tanto, contribuyan al alcance de un nuevo nivel de
precios por arriba del actual.
Por otra parte, la mercadería para la industria oleaginosa se viene ubicando
por encima de sus posibilidades.
Así las cosas, es lógico que el mercado de hoy lunes 14 de septiembre se haya
movido en suba ante el aumento de la demanda reportada por el USDA.
La industria oleaginosa, por ejemplo, de la zona de Rosario está operando en
valores superiores a la media de los últimos tiempos. Por la soja disponible,
ofrecieron $ 2.120.
La oferta se retrae frente a la perspectiva de una eventual depreciación de
nuestra moneda y así, frente a la imperiosa necesidad de algunos compradores,
los precios construyen un piso superior.
El gráfico (BCR) revela claramente cómo, a partir de los últimos días del mes
pasado, el precio de la soja en el mercado doméstico supera al FAS teórico.
Algo mejor estamos. Y las expectativas son razonablemente esperanzadoras.