El
mercado referente externo alternó subas y bajas durante los últimos
días, manteniéndose desde finales de agosto en el rango de u$s 320 a 325
por tonelada en los futuros con vencimiento en noviembre. Esto indica
que las fuerzas de oferta y demanda parecen encontrarse en relativo
balance. La expectativa de un escenario de oferta cómodo para los
próximos meses está mayormente descontada, lo que sugiere que los
operadores quedaron al aguardo de fundamentos alcistas que justifiquen
una reversión de la tendencia en curso. De hecho, la carrera negativa
que se observó el viernes hasta la media sesión encontró sostén en
compras de oportunidad de los fondos especulativos.
El
USDA ratificó sus previsiones de oferta e incrementó su estimación de
rendimientos en Estados Unidos en su reporte mensual de septiembre,
aunque la firmeza de la demanda absorbió los ajustes positivos en la
oferta. El dato de producción de la cosecha nueva superó las previsiones
de analistas privados, aunque el stock final del ciclo 2014/15 quedó
por debajo de lo esperado y podría sufrir mayores ajustes a la baja
cuando se conozcan los números definitivos de exportación. Sobre
compromisos externos que totalizaron 50,6 millones de toneladas durante
el último año, los embarques efectivamente realizados llegaron a 49,8
millones y el remanente podría cancelarse o cubrirse con soja de la
nueva cosecha. El veredicto final lo tendrá el informe trimestral de
stocks que se publicará el miércoles 30/09.
En
China las autoridades económicas se han mostrado flexibles y muy
activas para proveer medidas de estímulo que estabilicen las
turbulencias sufridas por los mercados, por lo que el pánico de las
últimas semanas parece haber quedado atrás. El USDA proyecta compras del
gigante asiático por nada menos que 79 millones de toneladas durante
los próximos doce meses, ritmo que requerirá un agitado plan de trabajo
tanto en los puertos de Estados Unidos como en los sudamericanos. De
todos modos, al margen de los desafíos de logística, ese volumen no
parece ser demasiado problemático de abastecer con la actual
disponibilidad de stocks mundiales y las buenas perspectivas de
producción en Brasil y Argentina.
En
Brasil las primeras proyecciones apuntan a un nuevo crecimiento de la
superficie implantada de cara a la campaña 2015/16. La firma de
consultoría FC Stone informó que avizora el área sojera en 33,3 M ha
frente a las 31,94 millones implantadas el año pasado, mientras que
Celeres estimó la intención de siembra en 32,2 M ha. De obtenerse
rendimientos cercanos a los tendenciales la cosecha se encontraría en el
rango de 97 a 101 M tn, alcanzando un nuevo récord. La producción del
ciclo 2014/15 fue ratificada por la CONAB en 96,2 M tn en el reporte
mensual publicado el viernes, aunque el USDA todavía estima la cosecha
brasileña en 94,5 millones.
En
el mercado local la retracción de la oferta y la gran necesidad de
algunos compradores siguen favoreciendo un sostenimiento de los precios,
al margen de los vaivenes externos. De todos modos, la mayor parte de
la actividad comercial de la semana se concentró en las fijaciones de
mercadería entregada, mientras que las nuevas ventas de productores se
estiman en alrededor de medio millón de toneladas.
Las
crecientes dificultades en la originación de materia prima están
reduciendo la actividad de las fábricas desde los niveles récord de
junio y julio, al tiempo que los márgenes de procesamiento profundizaron
su rojo. La capacidad teórica de pago que brindan los valores FOB del
aceite y la harina permanece por debajo de $ 2.000/ton, pero los valores
negociados en la plaza se encuentran por encima de $ 2.100/ton.
Expresado en dólares, el contramargen ha superado esta semana los u$s
20/ton. Si bien la industria muestra una situación de abastecimiento
relativamente cómoda a corto plazo, necesita reforzar sus estrategias
para llegar a los meses del verano con una posición más sólida que en
los últimos años.
En
los primeros cinco meses del ciclo de comercialización las fábricas
acumularon compras por 24,8 M tn, unas 2,5 M tn más que a la misma
altura del año pasado. El avance más acelerado del ritmo de originación
permite proyectar el crushing de la campaña alrededor de un 10% por
encima del observado el año pasado, lo que permitirá reducir el nivel de
ociosidad de las fábricas y mejorar sus ratios de utilización de
activos. La exportación también presenta una posición sustancialmente
más larga que en 2013/14, con un volumen adquirido de 14,9 M tn. Esto
implica que ya se han comercializado alrededor de 2/3 de la última
cosecha, aunque buena parte de lo que ha cambiado de manos tiene aún su
precio pendiente de fijación.
Durante
la última semana el Ministerio de Agricultura informó sus primeras
estimaciones de compras de la nueva campaña, con cifras de trigo, soja y
maíz por debajo de lo registrado a la misma altura del año pasado. En
el caso puntual de la oleaginosa, la exportación adquirió hasta el
momento unas 455.000 toneladas, casi totalmente bajo la condición a
fijar precio. Los primeros números permiten advertir que la oferta de
soja nueva es muy cauta y en buena medida preferirá esperar mayores
certezas respecto del programa político y el rumbo económico que tome el
país en los próximos meses.