Soja: todavía hay una esperanza. Manuel Alvarado Ledesma

Como se ha dicho en anteriores comentarios, pareciera que el USDA se hubiese convertido en enemigo de los precios.
Porque, ciertamente, el reporte del USDA es uno de las tres patas del trípode sobre el cual se construye la baja de los valores internacionales.
El reporte del organismo norteamericano fue un baldazo de agua helada para los mercados. Tan inesperado como difícil de creer.
Antes de su publicación, es aguarda que estimara una caída en la superficie, con menores rindes unitarios. Pero, finalmente, informó un alza en los stocks finales de EE.UU.
Pese a ello, los agentes más relacionados con los fondos siguieron las estimaciones de este organismo y, por lo tanto, sus decisiones quedaron bajo el paraguas de las ventas. La presión vendedora es la que está primando desde entonces.
¿Cuáles son las otras dos patas?
No somos muy novedosos: la depreciación del yuan con China en desaceleramiento y, obviamente, la fortaleza del dólar.
La situación china queda claramente reflejada en el pobre desempeño de mercado accionario oriental que ha caído cerca de un 15% en pocos días.
Para colmo de males, EE. UU. Podría incrementar la tasa de interés, después de septiembre/octubre, lo que promovería un mayor aumento en el valor del dólar respecto a las principales divisas.
En Chicago, la presión vendedora de los fondos especulativos viene actuando sobre la operatoria: ello lleva los niveles a mínimos del contrato con entrega en noviembre.
Por eso, al cierre de este comentario, los precios de la soja en el mercado del norte continuaban en descenso.
El gráfico muestra claramente cómo los valores (contrato noviembre) se aproximan a los niveles de 2009. Nos acercamos a u$s300.- luego de haber llegado a más de u$s600.- en 2012.
El gráfico, realizado a partir de la BCR, es muy elocuente.

En nuestro país, se estima que el stock al finalizar la campaña será menor al calculado por los organismos pertinentes. Eso más la necesidad de las fábricas de hacerse de mercadería, en un momento de inestabilidad donde los productores son fuertemente reticentes a la venta, permite que los precios no cedan tan fácilmente.
Así estamos. La esperanza reside ahora en una probable corrección de las estimaciones en el nuevo reporte mensual del USDA.