Las inconsistencias que heredará el que viene

La herencia económica es una pesada mochila que deberá sobrellevar el próximo presidente de los argentinos. Y es que la acumulación de inconsistencias del modelo kirchnerista está dejando pendiente de resolución para el próximo mandato cuestiones claves para todos los actores económicos. Quien resulte ganador en las elecciones presidenciales del domingo 25 de octubre deberá lidiar con los problemas que afectan a la estancada economía desde hace algunos años, como la caída de ingresos por los menores precios de las materias primas que exporta, una inflación estimada por privados en cerca del 30% anual, un desplome de inversiones, costosos subsidios y algunas distorsiones acarreadas por un control de cambios.
Además, deberá hacer frente a un pleito judicial por deuda pública impaga que complica el financiamiento externo del país, consigna la agencia internacional Reuters. Los analistas advierten que también están pendientes la revisión tarifaria y la regularización de la política cambiaria. La Argentina ya no se debate sobre el “qué”, sino sobre el “cómo” debe hacer las correcciones del rumbo económico, con la aplicación de la mayor anestesia social posible. Como sostiene el analista político Jorge Giacobbe no importa si el presidente sea Daniel Scioli, Mauricio Macri o Sergio Massa, incluso si fuera Cristina Fernández de Kirchner. “El próximo presidente no tiene otra salida que corregir estas situaciones económicas, más allá de que las medidas se apliquen con shock (de inmediato) o con gradualismo”, expresa a DINERO el analista que llegó a Tucumán para participar del Segundo Foro Económico del NOA, organizado por la Fundación Federalismo y Libertad.
Aún más, Giacobbe considera que -de llegar a imponerse el Frente para la Victoria en las elecciones presidenciales de octubre- el escenario del oficialismo es bastante complicado. “Si Scioli hace lo que debe hacer con la economía y Cristina se le pone en contra, adiós Cristina porque pasa a ser el Partido Humanista”, dice el analista respecto del pensamiento del entorno del actual mandatario de Buenos Aires. Y esto es porque la mayoría de los gobernadores que responden al PJ se alinearían con el ex motonauta para gestionar la Argentina que se viene.
Manuel Solanet, director de Políticas Públicas de la Fundación Libertad y Progreso y ex Secretario de Hacienda de la Nación, indica que -a simple vista- Macri se presenta como el “shock” para corregir en el corto plazo los desvíos económicos y financieros del país, mientras que Scioli intentará avanzar con el gradualismo, “pero la realidad lo llevará al shock” inexorablemente. “Y esto se presenta así por la caída sostenida que se observa en las reservas del Banco Central y por la emisión monetaria existente”, dice el experto que también disertó en el Foro.
Solanet está convencido de que el estiramiento de las correcciones al modelo, ya no se resuelve con gradualidad. “No habrá luna de miel con la próxima gestión (los dos años de gracia que tradicionalmente los argentinos le dan a quien asume como Presidente)”, vaticina porque, a su criterio, sin plan fiscal -con una baja del nivel de gasto público- no habrá créditos y sin arreglo con los holdouts tampoco se abrirá el financiamiento en el mercado exterior. “En todo caso, el shock también debe ser institucional, para que el Gobierno regularice la situación del Indec, brinde seguridad jurídica y respete la propiedad”, acota.
Lo que sí le llevará tiempo a la futura administración del gobierno nacional es afianzar un esquema que favorezca a la producción, particularmente a las economías regionales, desde la visión del coordinador del Foro de Convergencia Empresaria, Miguel Blanco. “El próximo Presidente deberá cambiar la ecuación cambiaria para favorecer a las economías regionales, porque hoy estamos a contramano de lo que pasa en el mundo -que está devaluando-”, remarca. “En la Argentina, cualquier decisión sobre el tipo de cambio es artificial”, agrega. Según el director general de Swiss Medical Group, se debe avanzar en la reducción paulatina del nivel de fletes que pagan zonas alejadas de los puertos, como el NOA, y la reducción de las retenciones al agro.
Si se impone Scioli
Gradualismo, retenciones y ganancias
Scioli es proclive a evitar las excesivas intervenciones estatales sobre la economía. Pero su cercanía con la presidenta Cristina Fernández generó cautela en los mercados y en los círculos empresariales. Su equipo apostará a ganar competitividad recortando los impuestos y sin devaluar el peso. Con modificaciones graduales en la economía, Scioli intentará reducir la inflación hasta por debajo del 10% anual al cabo de su cuarto año de mandato ayudado por las inversiones privadas que prevé que lleguen al país. Las divisas permitirán liberar gradualmente el actual control de cambios, para importar todos los insumos que necesita la industria y pagar servicios de deuda, y más adelante para el mercado minorista. Scioli recortaría poco a poco los costosos subsidios energéticos. La medida repercutiría sobre la clase media, principal beneficiaria de los subsidios, pero Scioli espera en contrapartida compensarla con una eventual baja del impuesto a las Ganancias que pagan los asalariados. Para calmar el malestar con el sector agropecuario, Scioli eliminaría impuestos a las exportaciones -retenciones- de economías regionales y bajaría los del trigo y el maíz, aunque difícilmente recorte al comienzo de su gestión el gravamen a la soja, el principal cultivo de Argentina. (Reuters)
Si gana Macri
ACCIONES RÁPIDAS PARA LEVANTAR EL CEPO
El ex empresario Macri implementará cambios más rápidos y no tan paulatinos en la economía, como levantar de inmediato las restricciones para adquirir divisas. El alcalde de la ciudad de Buenos Aires cree que esa medida atraerá un aluvión de inversiones que evitará una abrupta devaluación del peso. La política monetaria de su gobierno será acorde a un objetivo de inflación más baja y mantendrá a raya la emisión monetaria. Las divisas impulsarán proyectos productivos y de infraestructura sin necesidad de recurrir a la emisión. Macri reducirá los subsidios energéticos a la clase media y compensaría el impacto con modificaciones al impuesto a las ganancias que pagan los trabajadores. Para el sector agropecuario, prometió liberar los mercados y eliminar retenciones al trigo y al maíz, además de bajar gradualmente la alícuota que pagan las exportaciones de soja. Se espera que el político de centroderecha llegue a un acuerdo con los tenedores de deuda impaga, aunque podría haber mucha discusión sobre el monto a pagar para zanjar el pleito. Inicialmente Macri dijo que hay que respetar el fallo de la justicia estadounidense que ordena pagar la totalidad de la deuda, pero luego economistas de su equipo especificaron que se debe negociar una rebaja. (Reuters)

Fundación Libertad y Progreso