El USDA gatilló fuertes bajas para la soja. Guillermo Rossi

El mercado de la oleaginosa experimentó un pronunciado deterioro a lo largo de la semana, presionado por la acción vendedora de los fondos que operan en Chicago en respuesta a una sucesión de fundamentos bajistas. Las bajas externas del poroto y los subproductos se trasladaron al plano local, aunque las fábricas de la zona de Rosario vieron limitada la posibilidad de reducir sus precios abiertos ante la creciente retracción que muestra la oferta, muy cautelosa y a la espera de novedades en materia cambiaria y comercial.
La economía de China ofreció el primer golpe de gracia a principios de semana, con indicadores francamente decepcionantes en producción industrial, inversión y ventas minoristas. En este contexto, las autoridades monetarias del país admitieron un corrimiento a la baja en la cotización del yuan, reavivando temores de una guerra de monedas a nivel global. Un primer impacto de la medida fue limitar el poder de compra de los importadores, puesto que la cotización de la divisa norteamericana alcanzó un máximo de cuatro años en 6,40 yuanes.
Luego vino el empujón de las cifras del USDA. Tras un relevamiento que comprendió a unos 25.000 productores y observaciones a campo sobre 11 estados, el organismo norteamericano incrementó su expectativa de rendimientos promedio hasta 31,5 qq/ha, muy por encima del rango de estimaciones de analistas privados. Además, efectuó un recorte de superficie -ajustando sus números en Missouri- un 30% inferior al que se anticipaba. De este modo, la cosecha se encamina a un holgado nivel de más de 106 millones de toneladas, volumen suficiente para cumplir con las proyecciones de consumo interno y los programas de exportación, consolidando una nueva recuperación de los inventarios.
A este escenario optimista de oferta se le suman previsiones más sombrías por el lado de la demanda. Las proyecciones de exportación de la nueva campaña se ajustaron a la baja para reflejar la mayor competitividad de los orígenes sudamericanos en los últimos meses de este año. De hecho, en los puertos del Golfo ya comienza a delinearse preliminarmente un programa de trabajo para octubre y noviembre muy por debajo del récord alcanzado en el mismo período del año pasado. A modo de comparación, a finales de esta semana los valores FOB para embarque en octubre desde Up River se ubicaban en u$s 360/ton, frente a casi u$s 375/ton sobre terminales norteamericanas.
El ritmo de concreción de negocios de exportación en Estados Unidos hasta la primera semana de agosto ilustra claramente la debilidad que está mostrando el mercado global. En los libros se registran solo 9,7 millones de toneladas de la oleaginosa y 1,9 millones de harina comprometidas para la nueva cosecha, frente a 18 y 4,3 millones de toneladas a la misma altura del año pasado, respectivamente. La soja que China no está comprando en Estados Unidos la adquiere de Brasil y Argentina, orígenes que incrementarán este año sus ventas externas hacia aquel país.
En Brasil algunos analistas esperan que el ciclo de comercialización finalice con embarques de soja por al menos 10% más que el año pasado. En línea con estas especulaciones, el USDA ajustó de 50,75 a 54,50 millones de toneladas su estimación de exportaciones brasileñas para 2015/16. El flujo de ventas externas de los últimos meses ha sido realmente frenético, con 9,34 millones en mayo, 9,81 millones en junio y 8,44 millones de toneladas en julio, en todos los casos superando las marcas previas para dichos meses.
Para nuestro país el USDA también ajustó sus números de exportación, aunque fuentes locales plantean cifras todavía más elevadas. Seguramente las ventas externas del grano en el período comprendido desde abril de este año hasta marzo del próximo totalizarán alrededor de 12 millones de toneladas, con unas 8 millones embarcadas hasta principios de agosto y ROE Verde concedidos para colocar 3,4 millones más. De concretarse esta previsión, Argentina terminará vendiendo como grano el volumen más elevado desde el ciclo 2009/10, esperándose que alrededor del 80% de ese total tenga a China como destino.
De todos modos, la reciente baja de los precios FOB y el endurecimiento de la oferta doméstica ha comenzado a contraer el margen de los exportadores, cuya capacidad teórica de pago para embarque en octubre se ubica en torno a u$s 220/ton. Con precios para entrega diferida desde septiembre hasta noviembre en el rango de u$s 225 a 230 por tonelada, ha perdido rentabilidad la actividad de los exportadores que no le efectúan transformación industrial al grano y por logística insuficiente deben operar en puertos de terceros.

Durante la próxima semana la atención de los operadores continuará focalizada en las perspectivas climáticas en Estados Unidos, esperándose lluvias moderadas y condiciones estables para la soja en plena formación de vainas. El tour anual que organiza Pro Farmer dará una visión alternativa de que tan bien están los cultivos y que volumen de cosecha cabría esperar teniendo en cuenta la situación más complicada que atraviesan los productores ubicados al sur y este del cinturón productivo norteamericano.