En
las últimas semanas Chicago ha evidenciado niveles de volatilidad en
los precios como muy pocas veces en los últimos tiempos. En efecto,
luego de alzas de u$s/ton.40 en la segunda quincena de junio se entró en
un “serrucho” de menos 10 y mas 10 durante buena parte de julio. Luego,
el derrumbe. Hoy, el sentimiento bajista que prima en el mercado es la
consecuencia de la sumatoria de tres factores. La fortaleza del dólar
opera como el primer detonante. Los problemas de China y la fuerte caída
en la tasa de crecimiento de su PBI y la devaluación del yuan son el
segundo detonante. Y las sorpresivas estimaciones del USDA del pasado 12
de agosto se convirtieron en el “golpe de gracia” para las cotizaciones
de la oleaginosa.
Ahora bien, es muy
importante tener en cuenta que detrás de los mismos hay una sola
explicación: el comportamiento de los fondos de inversión. Es casi
innecesario insistir en que el día a día de los precios en Chicago está
en “manos de los fondos”. Cuando ellos actúan, los operadores
comerciales se abren. Es imposible hacerles frente por los volúmenes de
dinero que manejan y la agresividad con que operan. Y la actitud de
estas semanas en Chicago ha sido claramente vendedora.
Así las cosas y repasando
cada uno de los factores enumerados, es obvio que la fortaleza del dólar
afecta el poder adquisitivo de muchas las naciones del mundo que son
importadoras netas de trigo, maíz y soja. Si a ello le sumamos la
devaluación china, estamos frente a dos noticias negativas para los
commodities en general y la realidad es que los “fondos” no distinguen
entre ellos. Si bien pareciera oportuno diferenciar entre la demanda de
soja (alimento) y la de aluminio/acero/cobre por la burbuja especulativa
que sufre el Gigante Asiático, lo cierto es que los “fondos” no
distinguen. Son todos commodities. No importa reconocer que la soja en
euros y/o en yuanes está en los niveles más bajos de los últimos años.
Ello quedará en evidencia cuando los guarismos de la demanda comiencen a
demostrar que los actuales precios activan la misma y retraen la
oferta.
Finalmente, resta comentar
las cifras del USDA del último reporte del 12/8. Sin duda alguna, fue
una sorpresa mayúscula para el mercado. Se esperaba menor área y menores
rindes. Si embargo, el Organismo convalidó un recorte mínimo en el
área, aumentó el rinde proyectado y proyectó un aumento en los stocks de
cierre para el ciclo 2015/16 en EE.UU. al ubicarlos en 12,8 MMT
(millones de toneladas métricas). Reporte bajista y huída de los fondos.
Aún así, vale la pena recordar que un año atrás sucedió lo mismo. El
USDA proyecto un cierre con 12,9 MMT y ahora reconoce que el cierre de
la 2014/15 es de sólo 6,5 MMT. Veremos como sigue la historia.
Mientras tanto, en nuestro
país, el contexto descripto tiene sus particulares repercusiones. El
productor argentino ha debido soportar varios meses de valores
internacionales por debajo de los experimentados en años anteriores con
una exacción insoportable e inexplicable en materia de derechos de
exportación. Si a ello se le suma un muy significativo retraso
cambiario, se conforma un “combo” de consecuencias dramáticas en la
ecuación económica del ciclo 14/15. Así las cosas, es muy probable que
veamos comportamientos comerciales tan inhabituales como justificados en
los próximos meses en el plano local. El Código Civil será, sin duda
alguna, motivo de numerosas consultas. Recién estamos en agosto y ya los
problemas en la cadena de pagos comienzan a exteriorizar las
consecuencias de una política oficial hacia el sector tan injusta como
discriminatoria. Un final del ciclo K tan previsible como traumático.