Las
perspectivas para las economías emergentes han cambiado en los últimos
meses y las señales de debilitamiento en los mercados que fueron señeros
en el rubro ofrecen señales claras de un menor apetito por parte de los
inversores. De hecho, se observa un proceso inverso a la afluencia de
capitales hacia las economías emergentes que caracterizó el último
lustro: entre la segunda mitad de 2014 y los primeros siete meses de
2015 salieron de los principales mercados emergentes fondos por un total
cercano a un billón de dólares y la tendencia apunta a una aceleración.
De hecho, en la semana que finaliza marca el mayor nivel de rescates en
fondos que invierten en deuda de países emergentes en las últimas 86
semanas. En tanto que los fondos dedicados a invertir en acciones de
empresas de estos mercados también cedieron y llevan un retroceso de
unos 40.000 millones de dólares en lo que va del año.
El
volumen de operaciones en instrumentos emitidos por Estados y empresas
correspondientes a la categoría de mercados emergentes da cuenta del
menor interés que se observa en los inversores. De acuerdo a lo
informado por la Asociación de Traders de Mercados Emergentes (EMTA), el
volumen de operaciones registrado en activos de renta fija alcanzó los
US$ 1.211 billones durante el segundo trimestre de 2015. El total del
primer semestre se anota en US$ 2.437 billones.
Al
analizar la tendencia en este rubro, se destaca que el monto informado
para el período abril – junio se posiciona un 27% por debajo del nivel
alcanzado en el mismo período de 2014 y la comparación respecto del
trimestre inmediato anterior también marca una caída, en este caso del
1%, lo que sostiene la tendencia a la baja.
La
operatoria se concentra en emisiones locales (un 60% de la operatoria),
y acusaron la mayor baja relativa en volumen de transacciones, mientras
que las operaciones sobre bonos internacionales (eurobonos) cayeron en
volumen un 23% en relación a los registros del año anterior. En el
conjunto, los títulos más operados son aquellos correspondientes a
emisores provenientes de México, Brasil y Sudáfrica. Entre los más
negociados, los activos mexicanos explican el 22% de las operaciones
registradas, dando cuenta de un arbitraje entre mercados emergentes. En
otras palabras, más allá del proceso de “vuelo a la calidad” que se
observa en el contexto general, en donde los inversores salen de
mercados emergentes para posicionarse en refugios de valor, también se
registra un arbitraje entre emisores emergentes. Los fondos priorizaron
posiciones en los mercados más estables y profundos entre los que
integran la partida de “emergentes”, como es el caso de México.
En
consonancia, las operaciones de cobertura contra impago de los títulos a
través de Credit Default Swaps (CDS) también experimentaron una
contracción. Conforme la encuesta realizada por EMTA entre los
principales operadores de estos instrumentos, el monto transaccionado
sobre estos derivados retrocedió un 29% interanual en el segundo
trimestre del año. De acuerdo a los 12 principales operadores de CDS de
mercados emergentes, el valor nocional negociado alcanzó los US$ 275.000
millones, unos 114.000 millones menos que en 2014. El menor nivel de
coberturas da cuenta de una caída en las exposiciones a este tipo de
emisores por parte de los inversores. Esto resulta consistente con la
salida de fondos de inversores en mercados emergentes y un menor volumen
negociado en bonos.
A
diferencia de la caída en los volúmenes negociados en bonos, el declive
en las transacciones de CDS sería transitorio. Esto se debe a que el
deterioro en las condiciones crediticias de los emisores públicos y
privados de mercados emergentes empuja a un mayor número de inversores a
buscar coberturas a través de derivados de crédito. Entre los emisores
soberanos, la mayor cantidad de CDS negociados corresponde a deuda
brasilera. Esto no debe sorprender ante el marcado deterioro económico e
institucional que registra el país vecino. El debilitamiento del signo
monetario y el proceso recesivo incrementa la percepción de riesgo por
parte de los inversores y fundamenta los 55.000 millones de dólares
negociados en estos seguros.
Entre
los emisores privados, nuevamente las empresas petroleras radicadas en
economías emergentes encabezan el ranking. La mayor parte de las
operaciones corresponde a coberturas sobre deudas de Gazprom (Rusia),
Pemex (México) y Petrobras, la petrolera carioca que se constituye como
la más endeudada del mundo.
En
el caso de la Argentina, el proceso de salida de capitales denota un
comportamiento similar. A pesar de las restricciones que se imponen a
las operaciones cambiarias, la fuga de capitales marcará en 2015 su
máximo en los últimos cinco años. Conforme los datos registrados durante
el primer semestre, la formación de activos externos por parte del
sector privado no financiero podría superar los US$ 5.600 millones de
dólares. En otras palabras, la Argentina no escapa del contexto general
para las economías emergentes y de frontera, siendo esta última la
categoría en la cual se encuentra actualmente catalogado nuestro
mercado.