La
magnitud y la
frecuencia de las
inundaciones
son respuestas de un sistema de funcionamiento complejo constituido por
un conjunto de variables que se combinan para producirlas.
En la
pampa húmeda, entre ellas se registran las
características de las precipitaciones, del relieve y el funcionamiento
hidrogeológico de cada una de las subregiones que la componen, pero no
menos importantes son las
decisiones de gestión
relacionadas con los cambios de uso y manejo de las tierras: el sistema
de producción agropecuario y las consecuencias del mercado inmobiliario.
Es muy difícil contener los
enormes volúmenes de agua cuando se descargan precipitaciones de gran intensidad concentradas en pocos días.
En la subregión
Pampa Ondulada, todos los cursos de
agua se originan en zonas de descarga de los acuíferos, en zonas bajas,
normalmente ocupadas por bañados y lagunas, y siguen una trayectoria
zigzagueante con el objetivo de
disminuir al máximo su pendiente.
Además, el agua de lluvia penetra dentro del suelo, una parte
importante queda reservada en él y otra lo atraviesa y recarga los
acuíferos; primero se encuentra con la capa freática. Es decir que el
orden natural está preparado para
atemperar los picos de concentración del agua y utiliza para ello zonas de amortiguación.
Desde los albores de nuestro país, particularmente cuando empezó a
poblarse significativamente, a fines del siglo XIX, la ocupación de las
tierras desconocía dicho orden natural. Particularmente, muchas
poblaciones se ubicaron en áreas naturalmente vulnerables y,
dramáticamente, se han perdido vidas en forma recurrente en un lapso tan
corto como 120 años.
Una humilde respuesta para una pregunta común: ¿Los agroecosistemas actuales de la zona pampeana mejor drenada
retienen menos agua? Sí.
Desde que se abandonó la
rotación agrícola ganadera en los 70, ha disminuido su poder
buffer;
menos agua se pierde
por evapotranspiración durante el año, menor bombeo desde lo profundo
del suelo por parte de raíces de especies perennes, capas freáticas cada
vez
más cercanas a la superficie, estructura superficial de los suelos retardadora del ingreso de agua que se produce bajo
siembra directa cuando predomina el
monocultivo de soja,
incorporación de la agricultura en zonas del paisaje con problemas de
drenaje y, por ende, conducción del agua superficial por canales
construidos para evacuar rápidamente el agua hacia cursos superficiales.
Los cursos de agua sorpresivamente registran un
aumento inusitado de su caudal
que no puede ser contenido por su cauce ni por su valle de inundación e
invaden nuevas áreas, en muchos casos, ocupada por poblaciones que
sufren las dramáticas consecuencias.
Acciones y herramientas recomendadas
La resolución de estos problemas no es mágica ni permanente. Se
requiere un programa con otras aproximaciones que se han desarrollado
muy poco.
Entre algunas de las acciones e instrumentos de fomento que contribuyen a la
sostenibilidad de los agroecosistemas se encuentra la Gestión por Cuencas. El programa que se requiere debería estar enfocado en la
corrección de pasivos ambientales colectivos
e individuales que afectan a los suelos, a partir de prácticas de
manejo conservacionistas, teniendo como principales acciones:
- Instalación de cercas para la protección de zonas ribereñas
- Adecuación de rutas y caminos
- Conservación de suelos (curvas de nivel, terrazas de absorción, mejora en la biodiversidad)
- Establecimiento de zonas de amortiguación
- Zonas para la deposición de residuos urbanos y rurales
- Planificación de zonas preferenciales para la expansión urbana
- En propiedades rurales, destino adecuado de los agroquímicos, instalación de abastecedores de agua, dotación de distribuidores de fertilizante orgánico, etc
- Cobertura de las necesidades de las diferentes comunidades, promoción de liderazgo de los jóvenes articulado con proyectos para mejorar el medio ambiente, apoyo a programas de turismo rural.
- Promoción de la diversificación agropecuaria incluyendo la agricultura familiar y la agricultura orgánic
- Secuencias de cultivo que incorporen cereales de invierno y de verano, así como cultivos de cobertura
- Monitoreo y evaluación ambiental permanentes
Es necesaria la implementación de la
gestión por Cuencas,
mediante Comités de Gestión funcionales con representantes de todos los
organismos estatales que pertenecen a la cuenca (municipales,
provinciales y nacionales) y con la presencia de representantes de: el
sector privado, las organizaciones no gubernamentales, las
organizaciones sociales, las entidades educativas de distintos niveles y
los productores agropecuarios.
La funcionalidad requiere, fijar agenda, comprometer acciones,
realizar ajustes, formalizar inversiones y ejecutar las obras necesarias
para llevar adelante el
planeamiento del espacio rural.