El novillo sigue cuidando su línea

Por Ignacio Iriarte

El mercado se muestra irregular, flojo, que se mueve condicionado por los paros del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y por la complicada situación de la industria exportadora.

La extraña relación entre el gordo y el maíz (hasta 35 a uno lejos de los puertos) si gue empujando a transformar masivamente grano en carne, lo que hace que se demore la salida masiva de ganado de los feedlots institucionalizados y corrales caseros.

Pese a que muchos trabajadores ya cobraron los aumentos derivados de las paritarias, y que el medio aguinaldo ya está en la calle, la demanda no parece reaccionar: sobreabastecida por 62 a 63 kilos de carne vacuna y entre 44 y 45 kilos de pollo, cuya sobreproducción repercute sobre todas las carnes.

Así las cosas, el mercado se prepara para recibir en las próximas semanas las primeras camadas provenientes de los corrales, debiéndose recordar que todos los años en el segundo semestre se produce y se oferta más carne vacuna que en el primero.

No será igual

El segundo semestre del año pasado fue atípico: las inundaciones en la provincia de Buenos Aires cortaron los caminos y colapsaron la operatoria de cientos de feedlots , lo que hizo caer la oferta ganadera y subir los precios.

Si todos los restantes factores que influyen sobre la oferta y la demanda se mantienen iguales, una mayor oferta de ganado para faena tendría que hacer bajar los precios; aunque todo el mercado, al igual que el resto de la economía, estará condicionado por lo que suceda en las elecciones presidenciales.

El peso promedio por animal faenado sigue sin repuntar: en junio último habría sido de sólo 219 kilos, el mismo nivel que igual mes del año pasado, pero bien lejos de los 230,5 kilos de junio del 2011.

Si bien en los últimos meses ha aumentado la participación de los machos en la faena, que son las categorías que más kilos aporta a la faena, ha bajado el peso promedio de los novillos, que ha caído de los 285 kilos por res hace un año a sólo 270 kilos en la actualidad.

Esto es paradójico, porque los frigoríficos nos dicen que en los últimos meses ha crecido la proporción de novillos grasa dos y tres, lo que revelaría que se están enviando a faena machos más livianos, pero más engrasados, probablemente a causa de la ingesta masiva de grano.

Los más livianos

A modo de comparación, debe decirse que un novillo en Estados Unidos hoy promedia los 630 kilos vivos y los 380 kilos peso res. Es decir un 40 por ciento más pesado que en la Argentina.

También contribuye a la caída en el peso promedio el hecho que las vacas están rindiendo 230 kilos, contra 245 kilos de la primavera pasada.

Los 219 kilos de carne en gancho que rinde un animal en promedio en la Argentina contrasta fuertemente con los 235 kilos de Brasil, los 246 de Uruguay (en alza desde hace varios años), los 274 de Australia y los 345 de Estados Unidos.

En el país del norte, justamente, se busca compensar –todo lo que es posible– la reducción en las pariciones con altísimos pesos de faena.

Esto es posible, en gran medida, por el marcado aumento en el tamaño de las vacas, cuyo peso adulto se ha incrementado en más de 104 kilos desde 1980 hasta la fecha.

En Estados Unidos, las recrías son hoy más largas y el tiempo de estadía de los animales en el feedlot también se prolonga, pagándose el precio que el desperdicio de grasa es muy alto y la gastronomía se queja de que los bifes ya no caben en el plato.