Cambio climático: los productores deberán comenzar a considerar la posibilidad de desastres recurrentes al momento de planificar el negocio agropecuario

Impacto del calentamiento global en las diferentes regiones argentinas.
Fuente: valor soja
  “El desafío de la Argentina es planificar su desarrollo considerando y gestionando el riesgo climático”. Así lo indicó Carolina Vera, investigadora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (perteneciente al Conicet y la UBA) y coordinadora, junto a Vicente Barros, de la Tercera Comunicación Nacional de la Argentina a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

“Antes del calentamiento global (introducido por la acción del hombre), la ola de calor que registramos en la Argentina en 2013 era esperable en uno de cada 75 años, mientras que ahora la recurrencia media de ese fenómeno puede ser de uno en quince años”, indicó Vera durante una exposición ofrecida en el Foro “El clima está cambiando” organizado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca en la ciudad de Buenos Aires. “Lo que era raro, ahora es esporádico, y lo que era casual, ahora pasa a ser cotidiano”, añadió.

“Las proyecciones indican que estas tendencias va a continuar en los próximos 30 años con la misma magnitud a partir de una aceleración del aumento de la temperatura media anual en la Argentina”, indicó la investigadora.

Vera dijo que en las próximas décadas en la región húmeda (Litoral argentino y provincias de Buenos Aires y Santa Fe) el riesgo climático más importante por considerar será el aumento de las horas de calor, temperaturas extremas y la frecuencia e intensidad de precipitaciones intensas que puedan dar lugar a inundaciones.

Los modelos climáticos analizados muestran que en casi toda la región húmeda –con la excepción de algunos sectores del sudoeste bonaerense– la ocurrencia de precipitaciones extremas tendería a incrementarse.

En la denominada región centro –comprendida por La Pampa, San Luis, Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero, Chaco y Formosa–, además de eventos de precipitaciones y temperaturas extremas, los investigadores detectaron una tendencia a una prolongación del período seco invernal.

“En la zona centro el invierno suele ser seco, pero el período seco se ha venido prolongado de manera significativa, lo que es necesario tener en cuenta para el manejo agrícola”, advirtió Vera.

En la región categorizada como “andina” –comprendida por Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Salta y Jujuy– con el aumento generalizado de la temperatura, la altura de la isoterma de 0°C aumentó entre 1950 y 2010 en 100 metros en el norte de la región y 250 metros en el sur de la misma,

“La altura de la isoterma de 0ºC marca el límite hasta el cual pueden llegar los glaciares, razón por la cual los mismos han estado retrocediendo; esta tendencia va a continuar en el futuro”, explicó Vera.

“La Patagonia también ha registrado un aumento de temperaturas, pero al tratarse de una zona naturalmente fría eso no es tan impactante, aunque el fenómeno está afectando la dinámicas de los glaciares, haciendo que la mayoría de ellos continúen retrocediendo, además de una tendencia general hacia una mayor aridez”, añadió.