Aseguran que conviene poner un plazo fijo antes que trabajar el campo

Lo explica un estudio publicado por la Fundación Mediterránea y el Ministerio de Agricultura de la Provincia de Córdoba.

 Producir granos en esta campaña no será un gran incentivo para los productores cordobeses. Invertir en un modelo agrícola que incluya trigo, soja y maíz ofrece actualmente una rentabilidad acotada por la baja de los precios internacionales y los costos internos. A tal punto que es más rentable colocar el dinero a plazo fijo que destinarlo a producir en el campo.

A esa conclusión llega un informe sobre la rentabilidad agrícola esperada para el ciclo 2015/2016 publicado por la Fundación Mediterránea y el Ministerio de Agricultura de la Provincia.

De acuerdo con el estudio, la rentabilidad para un productor que trabaja un campo alquilado en la zona núcleo de la provincia (sudeste de Córdoba y a 170 kilómetros del puerto de Rosario) es de 21,5 por ciento anual medida en pesos corrientes.

Para el productor que alquila campo en la zona de Jesús María, a 450 kilómetros del puerto de Rosario, la ecuación es aún más delicada: su rentabilidad se ubica en 7,9 por ciento anual.

Inversión de riesgo
“Las rentabilidades estimadas se encuentran por debajo de las tasas que podrían obtenerse, por caso, asignando los fondos a un plazo fijo bancario que rondan entre 21 y 23 por ciento anual, o adquiriendo un título del Banco Central, que aporta 29 por ciento anual, inversiones de menos riesgo que el asociado a la actividad de producir granos”, precisó el economista del Ieral Juan Manuel Garzón, uno de los coordinadores del estudio junto al secretario de Agricultura de la Provincia, Juan Cruz Molina. La rentabilidad agrícola también se ubica por debajo de la inflación proyectada, de entre 24 y 25 por ciento en los próximos 12 meses, en un escenario optimista.

Las tasas de rentabilidad agrícola fueron elaboradas sobre la base de costos actuales y precios esperados según cotizaciones de mercados de futuros. En el caso de los granos, el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) y para el tipo de cambio, el Rofex de Rosario. El modelo de simulación supone el pago de un alquiler que en el caso del campo en la zona núcleo tiene un valor equivalente a 16 quintales de soja y en la zona norte de ocho quintales de soja, pagados al inicio del ciclo.

“El trabajo refleja la situación que atraviesa la producción agrícola. A través de este monitoreo lo que pretendemos es ayudar a que el productor pueda planificar mucho mejor su estrategia”, sostuvo Julián López, ministro de Agricultura de la Provincia.

Los números que aporta la actual campaña se complican más en casos en los que se venía utilizando deuda para financiar la producción. Si el productor de la zona núcleo necesita financiamiento para afrontar el nuevo ciclo agrícola, sólo es aconsejable tomarlo si encuentra dinero a una tasa menor al 21,5 por ciento, que es su tasa de rentabilidad. “Tomar deuda a tasas más altas implica deteriorar la rentabilidad del capital propio”, sostiene Garzón. Como referencia, la tasa de interés (promedio ponderada) cobrada por bancos al sector agrícola estaba en marzo de 2015 en un rango de entre 30 y 40% según las provincias. Este nivel de tasas excede largamente la rentabilidad esperada incluso en el modelo de zona núcleo, por lo que financiarse a ese costo complicaría más aún el resultado económico.

Lo central del trabajo

Rentabilidad agrícola. Para un productor que trabaja un campo alquilado en la zona núcleo de la provincia (sudeste de Córdoba y a 170 kilómetros del puerto de Rosario) en esta campaña agrícola será de 21,5% anual medida en pesos corrientes. Para el que alquila campo en la zona de Jesús María, a 450 kilómetros del puerto de Rosario, se ubica en 7,9% anual.

Rentabilidad financiera. Los fondos colocados a plazo fijo bancario tienen un rendimiento de entre 21 y 23% anual. Si la opción es adquirir un título del Central, el aporte puede llegar a 29%.

Cambio de políticas. El estudio concluye que el próximo gobierno podría descomprimir la situación haciendo algunos cambios de política largamente reclamados: baja de retenciones y la liberación de los mercados de los cereales. La rentabilidad esperada podría mejorar con una actualización del tipo de cambio.

Alquileres. El costo por el uso de la tierra debería ajustarse, además de la puesta en marcha de una modificación en la forma de determinar el valor del arrendamiento. El pago a porcentaje, en función del rendimiento, puede ser una medida.